Primer día del Triduo en honor a Santa Teresa de Jesús

13 oct. 2024 | Uncategorized @ca

¡Oh hermosura que excedéis

a todas las hermosuras!

Sin herir dolor hacéis,

y sin dolor deshacéis

el amor de las criaturas

Con asombro Teresa se dirige a Dios llamándolo “hermosura”, hermosura más allá de cualquier otra hermosura,

“hermosura que tiene en sí todas las hermosuras”, como

exclamará en otro momento hablando de Jesús, que es la “imagen

de Dios invisible”

Al ensalzar la hermosura de Dios por encima de toda

belleza, Teresa no desprecia la hermosura de lo creado; lo que

hace es cantar que todo lo hermoso proviene de Aquel que es la

hermosura misma.

Dios todo lo ha dejado vestido de su hermosura, ¡también

a cada uno de nosotros!, porque Él nos ha creado a su imagen y

semejanza, por tanto, hermosos en esencia más allá del pecado

que intenta opacar nuestra belleza original. Queriendo expresarlo,

escribe Teresa: “No hallo yo cosa con qué comparar la gran

hermosura de un alma y la gran capacidad…, basta decir su

Majestad que es hecha a su imagen y semejanza para que apenas

podamos entender la gran dignidad y hermosura del ánima”

Para Teresa, el camino privilegiado para encontrarnos con

la Hermosura que nos revela nuestra propia hermosura es el de la

oración contemplativa, la oración del encuentro de miradas. Y así,

exhortará a sus hijas: “No os pido más de que le miréis… Pues

podéis mirar cosas muy feas, ¿y no podréis mirar la cosa más

hermosa que se puede imaginar?… Haos sufrido mil cosas feas…y

no ha bastado para que os deje de mirar, ¿y es mucho que,

quitados los ojos de estas cosas exteriores, le miréis algunas veces

a Él? Mirad que no está aguardando otra cosa… sino que le

miremos” (C 26, 3).

Teresa llega a confesar que “de ver a Cristo me quedó

imprimida su grandísima hermosura”, y que “después que vi la

gran hermosura del Señor, no veía a nadie que en su comparación

me pareciese bien ni me ocupase; que, con poner un poco los ojos

de la consideración en la imagen que tengo en mi alma, he

quedado con tanta libertad en esto, que después acá todo lo que

veo me parece hace asco en comparación de las excelencias y

gracias que en este Señor veía”. Es la misma experiencia que canta

al final de la estrofa al decir “sin herir dolor hacéis y sin dolor

deshacéis el amor de las criaturas”.

Oremos: Santa Madre Teresa enséñanos a orar, a

encontrarnos cara a cara con la hermosura del Dios que nos revela

nuestra propia hermosura y nos libera de todo aquello que pueda

intentar afearnos.

Padrenuestro

Ave María

Gloria

V/. Santa Teresa de Jesús

R/. Ruega por nosotros