Un saludo cordial a toda la Provincia desde el Teresianum. Aquí tratamos de seguir en comunión con todos, los religiosos, las religiosas, sus familias. El provincial nos informa puntualmente de las novedades, enriquecidas sus noticias con las crónicas que encontramos en esta sección de noticias.
Hemos seguido la situación de Arturo Soria y también las demás novedades que nos iban llegando. Algunas buenas, otras no tanto. Lamentamos mucho particularmente el fallecimiento del hermano del P. Salvador Ros, de la madre del P. Miguel Valenciano y de la hermana Mari Angeles, bien conocida de todos. Seguimos muy unidos en la oración y la fraternidad, aun en la lejanía.
En Italia las cosas parece que van mejorando, aunque lentamente. No se habla para nada de fin del confinamiento, aunque el número de difuntos y contagiados disminuye paulatinamente, mientras asciende el de recuperados. En cualquier caso las cifras son todavía altas para los contagiados y los fallecidos son muchos. No hace falta añadir que todo esto es una gran e inesperada tragedia. El gobierno italiano, con su presidente a la cabeza, muy valorado dentro y fuera del país, da una información coherente y veraz y no existen apenas disensiones o críticas. También se han reconocido públicamente los errores, en el ámbito nacional y regional, con una acogida positiva por parte de todos de estos gestos de sinceridad y humildad no frecuente en el mundo de la política. El país saldrá, sin duda, muy tocado, pero también muy fortalecido y unido en cuanto se refiere al sentimiento nacional y el deseo de afrontar las consecuencias económicas de la pandemia. El papel de la Iglesia, con el papa al frente, está siendo muy positivamente valorado por la mayoría de la población.
Aquí en el Teresianum estamos todos bien. Hemos seguido a rajatabla las claras directrices de las autoridades desde el primer momento y hemos procurado tener especial cuidado para mantener las áreas comunes y personales limpias y desinfectadas en la medida de lo posible.
El P. José Damián está ya muy recuperado, pero de momento consideramos que no es prudente afrontar un viaje a España. El Consulado nos informa de los aviones o naves disponibles para emprender el viaje. Se están comportando muy bien y están en permanente contacto con todos los españoles que hemos solicitado ayuda en vistas a una posible repatriación.
Los demás muy bien, gracias a Dios, tratando de llevar con humor el confinamiento. Como hemos seguido con las clases hasta el viernes de Dolores no nos ha faltado el trabajo: videoconferencias, cuestionarios guiados sobre los temas, ecc.
El P. Andrew regresó a España a primeros de marzo.
Ahora nos disponemos a celebrar el Triduo Sacro muy unidos y con buen ánimo. Os enviamos un fuerte abrazo:
Ciro, Gustavo, Mathieu, José Damián y Emilio.