Desde la comunidad vivimos el día al ritmo del encuentro, la liturgia y la oración. Se potencian estos espacios mucho más que en la vida ordinaria en la que el tiempo corre más deprisa. Alargamos la sobremesa y damos cauce a la conversación. Estamos todos bien gracias a Dios. Somos en estos momentos cinvo contando con el P. Óscar se incorporó unos días antes del confinamiento después de su experiencia en Tierra Santa. El Padre Luis está en Sevilla, estable dentro de su situación, muy bien atendido.
A la extrañeza de la situación que vivimos hay que sumarle la parada en seco de las actividades de una casa por la que diariamente pasan dos mil personas. De repente, de manera brusca, todo se para. Solo queda el silencio y el interrogante de futuro. Seguimos atendiendo a los alumnos on line y se continua con el proceso de seguimiento del profesorado. Aunque el personal no docente ha estado viniendo unas semanas, desde que se endureció el confinamiento no vienen a trabajar. Vivimos aún con la incertidumbre de cómo terminaremos este curso escolar y cómo se llevará a cabo la evaluación de los alumnos.
Seguimos informados por los distintos medios de la situación de las casas tanto por el Provincial como por la comunicación personal con ellas. Unimos nuestra oración a la de todos sintiéndonos y renovando nuestra condición de hermanos. Un abrazo grande a todos.
