Aumentan las edades y aumentan las dificultades de los religiosos enfermos de esta casa. En los últimos días de agosto se han multiplicado las consultas y los ingresos hospitalarios.
Os pedimos disculpas si tardamos en informar de nuestro día a día.
El Padre Arcángel ingresó el pasado día veinte en la Clínica de Nuestra Señora de América, por insuficiencia respiratoria e insuficiencia cardiaca severa. Ha mejorado mucho en estos siete días y esperamos que pronto vuelva a casa. Está muy visitado por su familia. Y hasta de Egipto han venido a verle y atenderle.
El Padre Javier fue ingresado el día veintitrés por deshidratación. En el Hospital Ramón y Cajal se descubrió una infección de orina silente. Recuperado de estos males, sigue en el hospital porque tiene cerrado el esófago, y no puede tragar nada. Por ahora no se ha encontrado solución a esto.
El Padre Daniel, desde hace una semana tiene dificultades para andar. Se le han hecho pruebas y se espera que mejore.
Los Padres Federico y Alejandro sufren de infección de orina, un mal que les acomete de manera recurrente, pese a estar muy bien atendidos por los empleados de casa.
El Hermano Eulogio necesita nuevos tratamientos, pues cada vez está más inválido y tiene menos autonomía.
El Hermano Gregorio está con nuevas consultas médicas. Ya se ha visto mejoría después de un leve ajuste que se ha hecho en su medicación. Ahora será revisado neurológicamente, pues su cerebro tiene tres cicatrices: las dos incisiones de las recientes operaciones y la herida del infarto cortical de hace tres años.
El anciano que mejor está es el Padre José Francisco rodríguez, que hace una vida bastante autónoma y no sufre dolores. Se alimenta de un preparado especial para personas con enfermedad hepática, y gracias a este alimento se mantiene vital y lúcido.
