El pasado sábado, 30 de abril de 2022, tuvimos una jornada de oración y retiro abierto al pueblo de Dios en nuetsra Iglesia de Santa Teresa y san José. Por iniciativa de las hermanas de Nôtre Dame de Vie desarrollamos este programa: 11:15 Llegada de las reliquias, que fueron recibidas en procesión, por la comunidad. El P. Provincial y el P. Prior hicieron de portadores de nuestro amado hermano el Beato P. Maria Eugenio, que, si no vino a España en vida, la está recorriendo ahora en espíritu. A las 11:30 mediante una presentación audiovisual del Beato M. Eugenio comentada por Juana Alonso, de Notre Dame de Vie, nos acercamos a su vida y mensaje. También nos explicó Juana el sentido que tiene la veneración de las reliquias los santos. Siguierons algunos testimonios del P. Michael Joseph y via telématica de N. P. Miguel Márquez. La oración y veneración de las reliquias se hacía expontaneamente: unos se acercaban tocaban besaban la urna, encendía una lámparita, escribían intenciones que se llevaran al Santuario de Nuestra Señora de la Vida en Venasque.
A las 12:30 celebramos la Eucaristía, presidida por el P. Antonio Ángel Sánchez Cabezas, OCD, Superior Provincial y concelebrada por algunos hermanos. Prosiguió después la oración y veneración de las reliquias hasta las 13: 45.
Por la tarde a las 17:00 hubo exposición del Santísimo y adoración, con cantos y silencios. A las 18:00 otra resentación la vida y doctrina del P. María Eugenio, por el P. Gabriel Castro. Siguió un nuevo rato de silencio, oración y veneración de las reliquias. A las 20:00 celebramos las Vísperas del domingo III de Pascua con toda la comunidad religiosa.
A las 20:15 la eucaristía dominical fue presidida por el Sr. Obispo Mons. Jesús Vidal que suplió al Cardenal Osoro. Nos contó su primer conocimiento del Beato Maria Eugenio por indicación del papa Francisco que recomendó a los obispos leer Quiero ver a Dios. Con ella dimos gracias a Dios por este beato padre y maestro espiritual.
Al fin de la misa acompañamos la arqueta de las reliquias en procesión hasta la plaza donde las despidimos. Dejan más vivo entre nostros el mensaje del P. María Eugenio, que vive en Cristo y entre nosotros.