QUIÉN FUE ANA DE JESÚS, LA ÚLTIMA BEATA DE LA IGLESIA

1 oct. 2024 | Notícies Internes

Ayer domingo, 29 de septiembre en la Archidiócesis de Bruselas, en Bélgica, fue beatificada la venerable Ana de Jesús, Carmelita Descalza nacida en Medina del Campo.

Ana de Jesús nació en Medina del Campo (Valladolid) el 25 de noviembre de 1545. Huérfana de padre y madre siendo muy niña. Vivió bajo la tutela de sus abuelas paterna y materna en Medina del Campo y en Plasencia respectivamente.

Tenía una personalidad fuerte, un sano discernimiento, buen entendimiento y estaba animada por una gran caridad. Intervino en la fundación de los conventos de carmelitas descalzas de Granada en 1605; en Bélgica: Bruselas 1607, Lovaina 1608, Mons 1608; en Polonia: Cracovia en 1612 y en Amberes (Bélgica) en 1619. Murió en Bruselas en 1621. Un año antes de ser canonizada la madre Teresa.

Un itinerario vital apasionante

El primer tramo de su vida se caracteriza por haber compartido vivencias con la madre Fundado­ra, Santa Teresa de Jesús. Fue clave en “los momentos más decisivos en fijar el espíritu y la personalidad de la Orden. En el segundo tramo llevó a cabo valientes deci­siones y abrió caminos de flo­reciente expansión de la Re­forma vía Francia – Países Ba­jos. A ella corresponde la recopilación de los libros de Santa Teresa para su posterior entrega a fray Luis de León, siendo elemental su trabajo para la posterior publicación de la obra completa de Santa Teresa de Jesús.

Su relación con Salamanca

El 2 de noviembre de 1570, Teresa de Jesús fundó en Salamanca; entre las monjas procedentes de San José de Ávila llegó Ana de Jesús, que haría su profesión religiosa en Salamanca. De camino hacia Salamanca visitaron el convento de los padres Carmelitas Descalzos de Mancera de Abajo y conoció a san Juan de la Cruz. Mancera, segunda fundación de los carmelitas descalzos, por traslado desde Duruelo.

Allí conoció, por primera vez, a Juan de la Cruz y la vida que allí hacían, según las enseñanzas aprendidas de santa Teresa. Por eso, afirmará Ana de Jesús en 1597: “sé cierto fue tan fundadora de ellos como de nosotras, y en ese lugar la tienen todos ellos y tendrán siempre”. Todos, frailes y monjas, tenían a la madre Teresa por fundadora.

En Salamanca vivió con santa Teresa de Jesús y se estableció un fuerte vínculo entre ellas que duró hasta el final de la vida de la Santa. Se trata de una figura histórica de gran importancia, una gran mujer con un itinerario vital apasionante.

Desde que se conocieron -la Fundadora y la novicia- surgió entre ellas una especial empatía espiritual, intuyendo la madre Teresa la riqueza espiritual y los valores humanos que poseía aquella joven. Una prueba evidente es que, ya durante su noviciado, la Santa le encomendó el cuidado de sus connovicias. Profesó en octubre de 1571 en el Carmelo de Salamanca. Alma mística como era y ensimismada en la presencia de Dios, durante la ceremonia pública cayó en una especie de éxtasis con el alboroto imaginable; desde entonces la Santa ordenó que las novicias hiciesen la profesiones en privado, dentro de la clausura.

Por la profunda amistad, querencia y sintonía con el espíritu de la madre Teresa, dedicó parte de su vida no sólo a extender la Reforma teresiana, sino también a difundir el “teresianismo” doctrinal. Desde la fundación de Madrid en 1586, colaboró en la difusión del mensaje teresiano recogiendo, con el mandato de los superiores, los originales de los escritos de la Santa y los entregó a Fray Luis de León para hacer la primera edición de sus Obras, Vida, Camino y Moradas, publicadas en Salamanca en 1588.

Desde 1594 al 1604 permaneció Ana en Salamanca donde contactó con algunos de los grandes teólogos y catedráticos agustinos y dominicos con los que mantuvo amistad hasta la muerte. Fue elegida priora por la comunidad de Salamanca, contra la voluntad del P. General Elías de San Martín, en 1596 y en 1599.

Alba de Tormes

En 1594 solicitó volver al Carmelo de Salamanca, donde había profesado, de camino paró en el Carmelo de Alba de Tormes y ayudó a trasladar el cuerpo de santa Teresa a un arca nueva donada por la duquesa de Alba y que se conserva en la fundación teresiana de Salamanca, actualmente en Cabrerizos.

A día de hoy, puedes ver parte del emocionante recorrido vital de Ana de Jesús en nuestra exposición De Claris Mulieribus en la que cuenta con un espacio dedicado a ella.