Un tema apasionante en la vida de Santa Teresa es situarla en el contexto humano y religioso en el que desarrolló su enorme e incomprensible actividad con una salud deficiente; ese dato constatado en su biografía se explica -creo- por una intervención extraordinaria de Jesucristo en sus múltiples quehaceres que potenciaron su capacidad de acción. Admito que son posibles otras interpretaciones para explicar el extraño fenómeno desde la ciencia, como la psicología y psiquiatría o desde el ateísmo o el agnosticismo, opciones respetables de personas sabias y, espero, que respetuosas con la propuesta de Dios como posible agente principal; de paso recuerdo que es menos creíble la interpretación “racionalista” de los escritores del siglo XIX que atribuyeron su sabiduría a una enfermedad mental. Como anécdota curiosa, recuerdo a los lectores que mi última biografía de la Santa, Mi Teresa (Burgos, EDE, 2019), se la he dedicado a los creyentes en Dios, a los ateos y a los agnósticos para que interpreten a Teresa desde las coordenadas de sus propias convicciones culturales. 1 –...