Desde el Teresianum

15 Sep 2018 | Sin categoría

Poco a poco se vuelve al trabajo en esta Comunidad del Teresianum.

El P. Gustavo Prats, superior de la Comunidad de hermanos licenciandos y doctorandos, goza aún de algunos días de vacaciones. En este verano, como sabréis seguramente, perdió a su madre, que ahora nos contempla y acompaña desde el cielo. El P. Ciro ha retomado su trabajo en la biblioteca con entusiasmo juvenil, a la espera de la operación de cadera a la que será sometido en España a finales de noviembre, según está previsto al menos por ahora. El que suscribe ha participado en estos días -junto a Ciro- en un convenio de profesores de Teología espiritual celebrado precisamente en el Teresianum, que me ha venido bastante bien para ir aprendiendo un poco lo que es este oficio, en el que me reestreno en este curso.Querría compartir con vosotros una reflexión personal, que me ha surgido hoy al leer el informe del Consejo que tan atentamente nos manda nuestro Secretario. A pesar de estar al servicio del General en la comunidad de profesores del Teresianum, no puedo dejar de sentir una gran alegría al conocer la próxima visita del P. Agustí Borrell a las comunidades de la Provincia Ibérica que no pudo visitar N. P. General durante la primera parte de la Visita General de este sexenio a nuestra Provincia. 
Conozco bien al P. Agustí, hemos trabajado muchos años juntos en tareas de formación y también en el brevísimo periodo que fui Provincial de Castilla, y siempre fue un placer compartir con él proyectos e ilusiones, y diseñar caminos para recorrer juntos caminos para el Carmelo en España.
Gracias a Dios, ahora estoy a su servicio como secretario de la Comisión para la Relectura de las Constituciones y eso me permite gozar aún más de su estupenda visión del carisma, compartida con N. P. General. Es alguien con quien da gusto trabajar, por su seriedad y profundidad de vida carmelitana. Por eso, sin desmerecer lo más mínimo el trabajo realizado por el P. General, que me parece estupendo por las noticias recibidas, estoy convencido de que el paso de Agustí por nuestras comunidades será un verdadero regalo y una ayuda para esta nuestra gran-pequeña Provincia Ibérica.
Estoy seguro de que estas impresiones mías personales serán compartidas por todos los hermanos después de la visita del P. Agustí, Vicario General de nuestra Orden, que, reitero porque estoy convencido, será un complemento excepcional a la que ha desarrollado ya el P. General.
¡Qué suerte hermanos! Que gocéis mucho de esta visita a la que me uno espiritualmente desde este momento. Saludos a todos. Emilio José.