Nos han llegado hoy las cenizas de Felipe Baranda. Y las hemos depositado en el columbario de nuestra iglesia con toda la solemnidad que se requiere. Por las fotos queda patente una realidad: en vida, nos acompaña nuestra Madre la Virgen, en su advocación del Carmen. Y en la muerte, esa misma Madre se hace Piedad para interceder por su hijo muerto ante el Padre. Creo que no se puede decir más.
Es una buena preparación para la fiesta de hoy y la celebración del día 2 de noviembre. Que nuestra buena Madre nos proteja siempre

