EL CARMELO

La Revista el Carmelo ha tenido, hasta la fecha, tres épocas bien determinadas. La primera época abarca desde su creación o fundación por iniciativa del P. Fernando de Santa Teresa (1882-1936), bajo el título de El Carmelo Escolar el 25 de diciembre de 1922 (en 1922 se celebraba el III centenario de la beatificación de Santa Teresa de Jesús) y llega hasta la desaparición del archivo de la «Tipografía del Carmen» de Valencia -base y fundamento de la Revista El Carmelo- en mayo de 1931, con la quema de la iglesia-santuario de Nuestra Señora del Carmen en la calle de Alboraya (Valencia), tras la proclamación de la II República Española.

La segunda época, una vez pasada la guerra civil y recuperados los ánimos necesarios para emprender una tarea de tal magnitud, se extiende desde el 24 de noviembre (antigua fiesta de S. Juan de la Cruz) del año 1949 hasta el último número de 1957 (noviembre-diciembre), en que vuelve a desaparecer por causas bien diferentes. La tercera época da comienzo en mayo de 1995 y se perpetúa hasta nuestros días; en 2005 celebramos el décimo aniversario y poco después publicamos el número 50.

Como se puede entender, pues, la palabra sobre la Revista El Carmelo es “memoria”. Y también “actualidad”: por eso, en cada una de las secciones hay una colaboración sobre las vivencias recientes en la «Misión», por «Nuestros Jóvenes» y desde el ámbito de la «Espiritualidad», sin dejar de reflexionar sobre la misma Revista como órgano y medio de comunicación, de expresión familiar, con sus funciones sociales y trascendentes. Así que celebramos diez años de la última época, retrotrayendo nuestra mirada a los inicios de la Revista, en la segunda década del siglo XX, con el fin de retomar nuevos impulsos para un futuro esperanzador.

Éste es el futuro de nuestro presente, fundamentado en la memoria de nuestro pasado, para ofrecer con humildad y plena conciencia un fruto maduro a toda la Familia del Carmelo y a todos los lectores que, de un modo u otro, se acercan a las páginas de el Carmelo.

Felicidades a todos, especialmente a nosotros que la hacemos realidad, a los que la consumen con gusto, a los que la mejoran con su opinión y su esfuerzo, a los que la reparten, la promueven y la dan a conocer. Felicidades a ti, querida Revista el Carmelo. ¡Siempre de bien en mejor!