COMUNIDADES
CÓRDOBA (Las Ermitas)
En tiempos de las persecuciones musulmanas eran famosos los monasterios de la sierra.
Santa María de Belén
28 de febrero de 1957
Las Ermitas, S/N, 14008, Cordoba, Cordoba
957 26 66 07
BREVE HISTORIA
Muy oscuros son los orígenes de la Congregación de Ermitaños de San Pablo y San Antonio. La tradición pone su origen en el obispo Osio de Córdoba, que después del Concilio de Nicea, en que fuera condenado Arrio, los trajo de Oriente.
En tiempos de las persecuciones musulmanas eran famosos los monasterios de la sierra cordobesa, de los que aún quedan numerosos vestigios. Restos de este antiguo esplendor monacal debían ser estos ermitaños del Desierto de Ntra. Sra. de Belén, que ni la exclaustración de Mendizábal pudo extinguir. En la década de los años cuarenta aún florecían en vocaciones y observancia estos santos ermitaños; el ambiente que rodeaba su vida no podía ser más propicio para la unión con Dios. Pero comenzaron a escasear las vocaciones y algunas reformas, que se quisieron introducir para actualizar un poco su vida cenobítica, dividieron los pocos miembros con que contaban. Unos marcharon a Guadix (Granada) donde fundaron la congregación de Hermanos Fosores, para el cuidado de los cementerios católicos. Los que quedaron, cada vez decaían más y creyeron que la solución estaba en unirse a otra Orden o Congregación. Había existido mucho contacto entre Carmelitas y Ermitaños y algunos de sus miembros habían pertenecido antes a nuestra Orden.
Como era bastante semejante su vida y la que se observa en nuestros desiertos, pensaron en la fusión. El Obispo de Córdoba, de quien dependían los Ermitaños, dio su visto bueno al proyecto y en carta fechada el 28 de enero de 1956, los cinco Hermanos que por entonces componían la Congregación, pedían oficialmente la «unión y fusión, con esa venerable Orden, completa y total, con todos sus miembros y todo cuanto les pertenece, para que pueda transformarse este desierto en uno más de esa Orden». El 25 de febrero se cursaba la petición oficial por parte de la Provincia a los Superiores. El Definitorio General aceptaba la petición el 6 de marzo, con algunas condiciones: – que el desierto de Ntra. Sra. de Belén, no sólo mantenga el nombre sino también el destino y se instaure en él la vida eremítica según las normas de nuestras leyes; – los actuales Ermitaños tendrán que adoptar esta vida; – y todos los bienes muebles e inmuebles de los Ermitaños pasarían a propiedad de la Orden; – pero se destinarían al sustento y conservación del Desierto. En el caso de que la Provincia de Andalucía no tuviera vocaciones suficientes para mantener la vida eremítica, lo exponga ante el Definitorio General, que proveerá en el Señor.
A través del Obispo de Córdoba, transmitieron los Ermitaños su aprobación plena y unánime a las condiciones que se les ponían. La Provincia de Andalucía no podía entonces admitir el Desierto y así lo manifestó al Definitorio General que decidió se pudiese destinar a Noviciado, por ser el modo de vida más parecido al eremítico. Cursada la petición a la Sgda. Congregación de Religiosos, ésta emanó un rescripto el 7 de julio de 1956 en términos similares a los propuestos inicialmente por el Definitorio General de la Orden con lo que quedó consolidada la fusión.
Según lo acordado se trasladó en 1959 el Noviciado desde Úbeda a Las Ermitas hasta que, años después en 1964, volvió a Úbeda por varias razones.
Las Ermitas entonces, según el espíritu de las cláusulas de fusión y cesión, se destinó a lugar de retiro para los religiosos y finalmente a Casa de Oración, función que desempeña actualmente y con gran éxito, no sin antes haber sufrido buenas y consistentes reformas, tanto en el edificio central, como en las ermitas individuales, conservando siempre su estilo primitivo y gracias a los cuidados de la comunidad y de la Asociación “Amigos de las Ermitas”, que nació en octubre de 1983 para colaborar en el mantenimiento de este Santo Desierto.
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