PATRIMONIO
Aunque los principales bienes y riquezas del Carmelo son espirituales e interiores y se pueden compartir con todos (la auténtica belleza del Carmelo está dentro, no fuera), nuestra provincia ha ido reuniendo con las vicisitudes del tiempo y de la historia un gran patrimonio cultural y artístico.
Teresa de Jesús y Juan de la Cruz enseñaron a vivir, antes que nada, la riqueza y la anchura de la propia interioridad y la maravilla del vivir juntos en fraternidad, pero también comprendieron la importancia de la belleza exterior de imágenes, pinturas así y de los buenos libros y la cultura donde aprendemos la historia y nos hacemos conscientes de que somos sus continuadores. Aunque invitando siempre a no poner el corazón en las cosas y materialidades también enseñaron a cuidar de estas y a darles el lugar que tienen en nuestra vida como recuerdos de la belleza de Dios y de todo lo que Él ha creado.
Nuestras casas acogen numerosos museos y bibliotecas, auténticos lugares para el encuentro con la belleza, la cultura y la espiritualidad, y también parajes naturales que favorecen el encuentro con Dios en la soledad y el silencio, como los Desiertos de las Palmas y las Batuecas.
Nuestros principales museos están en Ávila, Segovia (sepulcro y convento de San Juan de la Cruz), Úbeda (Jaén), Sevilla, Desierto de las Palmas (Castellón).
MUSEOS
DESIERTO DE LAS PALMAS
ALBA DE TORMES
EN PORTADA
«¡Dichosa tú, que has creído! porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá»
El último domingo de este Adviento, a días contados de la celebración de la Navidad, la Palabra nos enfrenta directamente con la experiencia única e irrepetible de la Virgen María, centro junto con El que Viene de estas celebraciones. De la mano de esta Gran Mujer recorreremos los últimos días que faltan para acoger a Jesús, hijo de María e Hijo de Dios. Y lo primero que tenemos que recordar y vivir es este coprotagonismo: Dios no nos salva sin nosotros, como escribió san Agustín. En el centro de esta fiesta se dispondrán María y Jesús porque la fe cristiana no se centra solo en Dios (teocéntrica) ni en el hombre (antropocéntrica) sino que "teoándrica", es la fe en el Dios que se hace hombre para ser fiel a su palabra y a su acción a lo largo de toda la historia. Así nos lo recordaba la primera lectura, hablándonos de Belén, que es tierra de Judá pero también de Efraín, una de las tribus del norte, una aldea sin importancia pero cuna del rey David y su dinastía, y lugar elegido para este acontecimiento que lo cambió todo para siempre. En ese lugar aparecerá el "jefe de...