Con profunda alegría y sentido de pertenencia, hoy, 7 de julio, iniciamos la novena a Nuestra Señora del Carmen, la Madre que acompaña y guía la vida del Carmelo desde sus orígenes. Durante estos nueve días, los carmelitas —frailes, monjas, seglares y todos los devotos del Carmelo— volvemos nuestra mirada hacia María, en quien descubrimos el modelo de la vida entregada al Señor y el corazón que mejor ha sabido custodiar su Palabra.
María, presencia materna y fundadora espiritual del Carmelo
El Carmelo nació a la sombra de María. Los primeros ermitaños que vivieron en el Monte Carmelo, en Tierra Santa, la eligieron como Señora del lugar. A ella dedicaron su capilla. En torno a su figura quisieron configurar su vida de oración, penitencia y fraternidad. Por eso, más que devoción, el vínculo entre María y el Carmelo es una vocación compartida, una alianza de amor y fidelidad.
Como recuerda la tradición, María es la Flor del Carmelo, la Madre y Hermana, la Reina y Protectora, el modelo perfecto de vida consagrada. Llevar su escapulario no es solo signo de protección, sino compromiso de vida evangélica, como ella: interioridad, obediencia, humildad, servicio, y fidelidad a Cristo.
Un camino con María hacia el Corazón de Dios
Comenzar esta novena es aceptar la invitación de María a subir con ella al Monte Carmelo, a caminar con paso firme por las sendas de la oración, del silencio fecundo y de la contemplación, donde el corazón se abre a Dios en lo cotidiano.
Para los carmelitas descalzos, celebrar esta novena no es solo una tradición devocional. Es una experiencia de renovación espiritual, un espacio de gracia donde se reactiva el deseo de seguir a Cristo con mayor entrega, de la mano de su Madre. Santa Teresa de Jesús decía a sus hermanas del convento de San José: “Parezcámonos, hijas mías, en alguna cosita a esta Sacratísima Virgen, cuyo hábito traemos…”
Que este primer día de la novena sea una oportunidad para abrirnos al amor de María, dejándonos enseñar por ella el arte de vivir en la presencia de Dios, con el corazón anclado en el Evangelio y los pies dispuestos al servicio.
Oración del día
Virgen del Carmen,
madre silenciosa y obediente,
flor del Carmelo y maestra de oración,
acoge hoy nuestra vida bajo tu manto.
Enséñanos a vivir en disponibilidad al Espíritu,
a cultivar la oración en lo escondido,
y a caminar contigo hacia tu Hijo.
Que tu escapulario nos recuerde cada día
que somos tuyos y queremos parecernos a ti.
Amén.