Aventuremos la vida con Teresa de Jesús

14 Oct 2025 | Aventuremos la Vida

El 15 de octubre la Iglesia celebra la solemnidad de Santa Teresa de Jesús, mujer de fuego y palabra, caminante incansable de los senderos del alma y del mundo. Su vida fue una búsqueda apasionada de Dios que acabó convirtiéndose en escuela para todos los tiempos.

Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero.” En esa paradoja luminosa Teresa resume la tensión de quien ama sin medida: el alma humana, hecha para Dios, no se conforma con menos. Su vida, contada en el Libro de la Vida, es la historia de una llamada y una respuesta, de una mujer que se atrevió a aventurar la vida en Dios, aun sin saber adónde la llevaría ese camino.

La aventura de la confianza

En el Camino de perfección, Teresa enseña a sus hermanas —y a nosotros— que el secreto de todo está en el amor y en la determinación: “Importa mucho, y el todo, una gran y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a la meta.” La fe para ella no fue quietud, sino movimiento. Confiar es lanzarse. Orar es ponerse en camino.

La oración, dice, es “tratar de amistad con quien sabemos nos ama.” No es teoría, es relación. Es dejar que Dios habite en nosotros y nosotros en Él. En su Castillo interior, Teresa describe el alma como un palacio de cristal lleno de moradas, donde el centro más secreto es el lugar de la unión con Dios. No hay atajo para llegar allí, sólo un paso cada día más adentro, con humildad, verdad y amor.

La audacia de la reforma

Teresa no se encerró en su experiencia interior. La misma fuerza que la movía en la oración la impulsó a levantar muros, abrir caminos, fundar conventos y renovar el Carmelo. Supo que la contemplación no se opone a la acción, sino que la fecunda. “Entre los pucheros anda el Señor”, escribió, recordando que Dios se deja encontrar en lo pequeño, en lo cotidiano, en la tarea concreta de cada día.

Su reforma fue un acto de amor lúcido y de valentía radical. Teresa se atrevió a soñar una Iglesia más sencilla, más evangélica, más centrada en el corazón. Y lo hizo sin renunciar a la ternura ni al humor. Su libertad brotaba de saberse amada: nada la detenía porque confiaba en un Dios que no se deja ganar en generosidad.

Una palabra para hoy

En el siglo XVI, Teresa fue una mujer adelantada a su tiempo. En el XXI, sigue siendo contemporánea de todos los que buscan sentido, silencio y profundidad. Sus palabras siguen ardiendo porque nacen de la experiencia: “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa; Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta.

Celebrar su fiesta es más que recordarla. Es escuchar de nuevo su voz que nos invita a vivir con hondura, a no conformarnos con una vida mediocre, a creer que Dios sigue obrando maravillas en la fragilidad humana.

Aventurar la vida con Teresa

Teresa de Jesús no ofrece recetas, ofrece camino. Nos enseña a vivir con confianza, a orar con sencillez, a servir con alegría, a esperar con esperanza. Su aventura fue dejarse guiar por el Amor.

En este 15 de octubre, su palabra vuelve a resonar:

“Nada te turbe.”
“Confianza y fe viva.”
“Solo Dios basta.”

Aventuremos la vida, como ella, en la certeza de que quien se fía de Dios no pierde nada, y lo gana todo.