Segundo día del Triduo en honor a Santa Teresa de Jesús

14 Oct 2024 | Sin categorizar

Oh ñudo que así juntáis
dos cosas tan desiguales,
no sé por qué os desatáis,
pues atado fuerza dais
a tener por bien los males

Teresa ha reconocido en Dios la hermosura misma y, contemplándose en ella, ha reconocido también que toda alma, por el hecho de haber sido creada a su imagen y semejanza, es igualmente hermosa. Sin embargo, en estos versos constatamos que, al mismo tiempo, Teresa reconoce que Dios y el alma son “dos cosas tan desiguales”. En otro lugar dirá: “No hay para qué nos cansar en querer comprender la hermosura de este castillo [del alma]; porque hay la diferencia de él a Dios que del Criador a la criatura, pues es criatura”

Entre Dios y nosotros hay una diferencia de naturaleza. Pero Dios, en su infinito amor, quiso salvar esa distancia compartiendo nuestra naturaleza a través de la encarnación de su Hijo Jesús. “Como nos ama, hácese a nuestra medida”, dirá Teresa. Dios ha querido juntarse, anudarse, hacernos uno con Él.

Jesús, su “Sacratísima Humanidad” como le gustará decir a Teresa, es ese “ñudo” del que habla Teresa en este verso, que nos junta con Dios, que crea igualdad. Jesús es esos “lazos humanos”, esos “vínculos de amor” que dice Dios, por medio del profeta

Oseas, que usó para atraer a su pueblo hacia sí inclinándose a él para darle de comer. Y ese vínculo y esa comida es para nosotros hoy la Eucaristía. Es Jesús mismo quien nos dice: “el que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a Mí y Yo vivo unido a él”.

Esta unión hace posible que nosotros, sarmientos, permanezcamos unidos a Él, la Vid verdadera, con la consciencia de que sin Él no podemos hacer nada9. Por eso Teresa no se quiere desatar de Jesús, y se queja de lo que se vive cuando nos separamos de Él, porque se pierde fortaleza y capacidad para vivir las circunstancias de la vida: “no sé por qué os desatáis, pues atado fuerza dais a tener por bien los males”.

Oremos: Santa Madre Teresa, ya que Jesús ha querido juntarnos con Él haciéndose hombre y alimentándonos con su cuerpo y con su sangre, ayúdanos a permanecer en esa comunión de amor.

Padrenuestro

Ave María

Gloria

V/. Santa Teresa de Jesús

R/. Ruega por nosotros