COMUNIDADES
ÚBEDA
Se fundó en 1587. Aquí murió San Juan de la Cruz y aquí se levantó su primera iglesia.
San Miguel y San Juan de la Cruz
03 de septiembre de 1587
Carmen, 13, 23400, Jaen, Úbeda
953 75 06 15
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BREVE HISTORIA
Se fundó en 1587. Aquí murió San Juan de la Cruz y aquí se levantó al Santo de Fontiveros la primera iglesia, cuando aún era solamente Beato. Construida sobre su primer sepulcro, fue elevada después por los Pontífices a la categoría de Basílica Menor. Abandonado el convento antiguo por los frailes en 1835, fue comprado por algunas familias para construir viviendas, cuando el inmueble salió a pública subasta en 1843. Sólo se salvó la pequeña Basílica de San Juan de la Cruz, reclamada por el Ayuntamiento de la ciudad, que alegó ser de su patronato. Hasta la iglesia de San Miguel, Patrón de la ciudad, fue transformada en cuadra para sementales de remonta y después en casa de vecinos.
Restaurar la Orden en España, entrar los Carmelitas en Andalucía y no fundar en Úbeda, era imperdonable. Los Superiores 10 deseaban y los Obispos de Jaén insistían en la restauración. Como se demorase mucho por falta de personal, el Obispo de Jaén ofreció a las Hermanas Carmelitas de la Caridad la Basílica del Santo para que fundasen y aceptaron. En esto pasó por Jaén el P. Gregorio, que había sido coronel de Estado Mayor y tenía cinco hijas monjas. Enterado por las Carmelitas Descalzas de 10 que ocurría, intentó disuadir al Obispo de su idea. Pero pasó un año y las Carmelitas de la Caridad, apoyadas en la palabra empeñada por el Prelado, comenzaron los trámites para entrar en posesión de la Basílica. Alarmadas las Carmelitas Descalzas de Úbeda, escribieron al P. Lucas de San Juan de la Cruz, quien puso en conocimiento del Provincial 10 que pasaba. Este escribió, en mayo de 1904, al Obispo tanteando el terreno; la respuesta no debió ser muy satisfactoria, porque el Provincial se determinó a enviar a Úbeda al P. Lucas, 10 que fue interpretado en la Curia como intento de presión sobre el Prelado. El P. Lucas tenía un amigo en la Curia, que le informaba puntualmente de todo. La Madre General de las Carmelitas de la Caridad, al conocer nuestros deseos, renunció a seguir adelante con su propósito. El 1 de agosto de 1904 pidió el P. Lucas licencia formal para la fundación, que el Obispo concedió, aunque provisionalmente, ese mismo día, a condición de que se obtuviera el permiso del Ayuntamiento de la ciudad, que a instancia del mismo Padre otorgó gustosísimo, brindando su protección.
Mientras se proseguían los trámites, se retiró a Córdoba y después a Sevilla, desde donde, enterado que salía a la venta la antigua huerta del convento, la compró.
Restaurada la Semiprovincia en 1905, aún no se había dado ningún paso más. Fue el P. Fernando quien le dio el impulso definitivo a la fundación. El 5 de octubre de 1905 consiguió por escrito y definitivamente el permiso del Obispo D. Salvador Castellote y Pinazo, y el día 14 del mismo mes, el P. Eladio de la Virgen del Carmen, primer Superior de la casa, tomaba posesión de la Basílica de San Juan de la Cruz, que le entregó el Arcipreste de la ciudad. Nada más se pudo conseguir del Obispo, que no quería gravar la economía de la diócesis con otras concesiones; solo se recuperó 10 que del antiguo convento conservaban las Carmelitas, no, 10 que había repartido por las demás iglesias de Úbeda. Más adelante, el 29 de septiembre de 1930, la parroquia de Santa María entregó el relicario con los dedos del Santo, que hoy se venera junto con las demás reliquias en el coro de la Basílica. Poco a poco se fueron comprando todas las casas construidas dentro del antiguo recinto conventual; el Ayuntamiento accedió además a que se cerrara el llamado callejón de los frailes, que bajaba hasta el barrio de San Millán, atravesando nuestra propiedad.
Se acomodaron al principio en una de las casas, que estaba adosada a la Basílica. Desde marzo de1914 a octubre de 1915 se derribaron todos los edificios situados por encima de la muralla, en lo que hoy es convento y huerta alta, y se comenzó la construcción de dos cuerpos del edificio que, haciendo escuadra con los muros de la antigua iglesia de San Miguel y la Basílica, cierran un patio central.
Como homenaje de la Provincia al nuevo Doctor de la Iglesia, San Juan de la Cruz, el Definitorio Provincial aprobó reconstruir la iglesia de San miguel. Comenzaron los derribos de las casas que ocupaban el solar de la antigua iglesia y, según proyecto de Aníbal González, comenzaron las obras en 1927. El tesón del P. Ángelo del Purísimo Corazón de María consiguió se abandonase este primer proyecto, porque era de una sola nave. Bajo la dirección del Hº José Manuel se construyó de tres naves.
El 9 de Junio de 1928 el Ayuntamiento exigió la reparación de lo que quedaba del antiguo convento a continuación de la Basílica del Santo, la portería y algunas celdas, que amenazaban ruina. Prefirieron nuestros padres derribarlo todo menos el muro y la puerta por donde es tradición entró el Santo. El conjunto del convento e iglesia quedó tal cual lo vemos hoy, pues en él no se han hecho después más que obras de reparación o modernización. Con gran solemnidad fue inaugurada la iglesia en septiembre de 1928.
En paz y entregada a la observancia más estricta, como corresponde a una casa noviciado, vivió esta Comunidad hasta la proclamación de la República. Durante la Guerra Civil el convento fue asaltado y nuestros religiosos dispersados y perseguidos. Finalizada ésta, el 28 de abril de 1939 salían para Úbeda desde Córdoba en un camión del ejército el Provincial P. Agustín y el Hº Carmelo. Aquí se juntaron con los padres Claudio y Jorge e iniciaron la limpieza y puesta a punto del convento. En mayo ya se pudo comenzar de nuevo la vida regular, y como el edificio no sufrió daños, el 28 de junio pudo celebrarse aquí el Capítulo Provincial. Desperfectos graves solo sufrió la capilla del Sagrario, que fue reconstruida por la familia Benavides en memoria de sus miembros fallecidos durante la contienda. Las imágenes de la iglesia se fueron reponiendo poco a poco y la Basílica fue reparada como mejor se pudo. En 1943 hubo que ampliar el noviciado construyendo celdas sobre la antesacristía.
La vida de la Comunidad volvió a su curso normal y con gran solemnidad se celebraron, como correspondía a ciudad tan sanjuanista, las fiestas centenarias del nacimiento del Santo de Fontiveros.
Úbeda siempre ha sentido gran cariño por su Santo y sus autoridades han prestado gran apoyo a toda iniciativa que sirviera para engrandecer su figura. Este convento, relicario de su Santo Padre, ha sido considerado como el corazón de la Provincia. Por eso no ha descansado nadie tranquilo hasta ver sus reliquias guardadas en una preciosa arqueta de plata. El día 17 de noviembre de 1950, el Obispo de Jaén, en presencia de las autoridades civiles y militares, del clero y pueblo de Úbeda y de la Comunidad procedió al traslado desde su urna primitiva a la recién construida. Sólo faltaba restaurar la Basílica y hacerla digna de tan gran tesoro. En 1953, por iniciativa del P. Pedro, secundada por la Comunidad y con el apoyo de toda Andalucía y Argentina, se iniciaron las obras de embellecimiento y restauración, dirigidas por el artista malagueño D. Francisco Palma Burgos. El 25 de Agosto de 1957, fue inaugurada con grandes festejos la remozada Basílica con la asistencia del Sr. Obispo de Jaén y de gran número de religiosos y pueblo congregados en Úbeda ante tan fausto acontecimiento. Nuevamente vibró Úbeda de fervor sanjuanista el 24 de noviembre de 1959, con motivo de la inauguración, en la plaza de San Pablo, de un monumento al Santo, obra también de Palma Burgos. Con este motivo se proclamaron unos juegos florales, que culminaron con una fiesta de la poesía en un céntrico teatro de la ciudad. A las fiestas religiosas de la mañana asistió el Sr. Obispo y los Superiores de la Provincia. En otras muchas ocasiones ha sido festejado el Santo Doctor Místico por los Carmelitas, la ciudad y diversas asociaciones provinciales y nacionales (en la actualidad, cada noche del 13 de diciembre, noche en que el Santo se fue “a cantar maitines al cielo” se celebra la evocación de su muerte, armonizada por los cantos del Grupo Polifónico que lleva su nombre).
Durante el trienio en que fue Superior de la Comunidad el P. Germán Mª del Niño Jesús, se llevaron a cabo las obras de modernización de la iglesia, adaptándola además a las nuevas leyes litúrgicas. Las pinturas del presbiterio (obra de Maldonado) y los dos altares laterales del crucero son de este tiempo. En los últimos años se han ido completando las dos naves laterales con tres altares cada una de ellas.
Después, con todos los objetos que tenían alguna relación con San Juan de la Cruz y que habían ido reuniendo con cariño los diversos religiosos de la Comunidad y de la Provincia, se ha formado un pequeño Museo y una Biblioteca Sanjuanista. También se ha construido una Casa de Espiritualidad que se ofrece a cuantos quieran acercarse a ella para encontrarse con Dios.
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En la fiesta de hoy Jesucristo es proclamado Rey y señor del universo, lo que incluye proclamarlo en este tiempo que compartimos, para cerrar las celebraciones de un año más recorrido tras sus pasos, en su compañía. Si el domingo pasado la Palabra de Dios nos dejaba vislumbrar al Hijo del hombre que vendría sobre las nubes sobre el escenario del fin del mundo que conocemos (primera lectura), hoy nos pone delante de este juicio que ya ha comenzado y continúa y que como todo lo que hace Dios es seguro y definitivo. Jesús da testimonio ante Pilato que Él es el rey y señor de todo lo creado y que ha venido, encima, a redimirlo. Es decir, es el Rey porque fue el Creador, el Hijo mismo de Dios, imagen sobre quien se que modeló este mundo; pero también es Rey porque cuando ese proyecto se estropeó por el pecado de los hombres, no nos abandonó sino que volvió en la humildad de nuestra carne para rehacer, desde dentro, todo lo que estaba mal. El Evangelio nos recordaba como Jesús mismo describe ante Poncio Pilato qué es realmente su reino y lo que nos interesa: cómo participar...