Ayer, 24 de agosto, con una Eucaristía celebrada a las 19:30 h., se ha completado la fusión de los dos monasterios de carmelitas descalzas que había en Zaragoza: el de San José (fundado en 1588 por la M. Isabel de Santo Domingo), y el de Santa Teresa (fundado en 1623, era el primer convento dedicado a santa Teresa de Jesús).
La comunidad de San José se ofreció, hace algo menos de un año, a acoger a la comunidad de santa Teresa, que está, al presente, formada por 8 monjas, de las cuales 7 tienen más de 80 años. Con el acuerdo de ambas comunidades, se puso así en marcha el proceso de esta fusión. El pasado 15 de agosto, la comunidad de Santa Teresa celebró una Eucaristía de despedida en su convento, situado en la carretera del aeropuerto. Y hoy comienzan la andadura la nueva comunidad, que reúne a las 19 monjas de los dos conventos en el de San José, situado en la Avenida de Cataluña. A partir de ahora, este convento tiene el título de San José y Santa Teresa.
El arzobispo de Zaragoza, mons. Carlos Escribano, ha presidido la Eucaristía, recordando el 460 aniversario de la Reforma, y señalando cómo en aquella fundación de San José de Ávila y en esta fusión, se manifiesta la obra del Espíritu Santo. Ha agradecido a las carmelitas descalzas su presencia en Zaragoza, que es un regalo para esta Iglesia diocesana, y las ha invitado a seguir viviendo con ánimo su vocación, que es fuente de fecundidad para esta Iglesia. Asistimos también dos frailes de esta comunidad, los capellanes de ambas comunidades y D. Sergio, vicario de la Vicaría V, y cordialmente cercano al Carmelo. Tras la Misa, estuvimos compartiendo una pequeña merienda en ambiente fraterno.
Ha sido, en fin, una celebración en que brilla la esperanza por el camino que emprende la nueva comunidad, por encima del pesar por el convento que se ha cerrado. Es de señalar la generosidad, el buen sentido y el valor sereno con el que ambas comunidades han realizado este proceso.
Las acompañamos con nuestra oración y cariño.
Antonio González López