«Las palabras que os he dicho son espíritu y vida»

25 Ago 2024 | Evangelio Dominical

Jesús ha explicado porqué es el Pan de vida que ha bajado del cielo, enviado por el Padre, para dar vida y vida eterna, con toda claridad. Como no ha condescendido ni rebajado la verdad para «hacerse» más «cercano» a sus oyentes y sus situaciones y demás circunstancias, éstos consideran que su modo de hablar es «duro» y que nadie puede hacerle caso. Pero Él no se arredra: en vez de matizar o «suavizar el lenguaje y con él lo que Dios da y lo que Dios pide en consecuencia, los encara y se lo empuja para que se definan: si esto os hace vacilar, que os pasará cuando veáis que se cumple el último Signo y el Hijo del hombre vuelva a donde estaba, junto al Padre, después de «ser elevado» en la cruz. Porque aquí no se trata de ideas o palabras sino de realidades, de todo lo que Jesús ha venido a hacer y que será motivo de gran escándalo. Para que los discípulos podamos comer su carne y beber su sangre y así tener la vida eterna, es necesario que Él sea entregado a sus enemigos, muera y resucite. Los discípulos, al final, serán quienes le sigan por este mismo camino. Eso significa comulgar con su cuerpo y sangre entregados: dar la vida como Él y en respuesta a su don, para que el mundo, hasta los enemigos que le llevarán a la muerte tengan la ocasión de convertirse, ser perdonados y vivir para siempre. Por supuesto esto es también Don de Dios y Pedro y los Doce lo saben, como ojalá también nosotros: solo hemos encontrado en Jesús la Palabra de la vida eterna ya que crecemos con el corazón y la vida que es el Hijo de Dios enviado por el Padre a restaurar todas las cosas.

Primera lectura: Josué 24, 1-2a. 15-17. 18b

Segunda lectura: Efesios 5,21-32

Evangelio: Juan 6, 60-69