En la tarde del domingo 17 de noviembre nos despedimos de este según país visitado: Costa de Marfil. Durante una semana hemos podido compartir una rica y compleja realidad de todo lo que aquí se vive y lo que la Orden ofrece a la Iglesia del país.
Nuestra numerosa comunidad San José de frailes se encuentra en una de las zonas periféricas de la capital Abiyán. En la vida de esta comunidad conviven realidades diversas: formación, pastoral parroquial, estructuras educativas y sociales de peso y prestigio en la diócesis.
La presencia del grupo de aspirantes que dan sus primeros pasos vocacionales en esta parte de la Provincia, los estudiantes de teología profesos temporales que formalizan la última etapa de su formación con los estudios en la facultad de teología gestionada por los Jesuitas, la atención a la gran obra parroquial San Luis Gonzaga que incluye varias capillas y realidades de apostolado parroquial, la coordinación y dirección de la escuela de infantil y primaria Sta. Teresita del Niño Jesús o el centro de educación secundaria Carmelitas Descalzos conocido por su prestigio en el lugar.
El intenso trabajo educativo y social siempre es complemento de una labor evangelizadora que es evidente en las reuniones y encuentros con los responsables de estas instituciones. Trabajar en nombre de Dios y de la Iglesia transforma cualquier labor social en experiencia de pura caridad.
Hemos podido visitar y compartir un tiempo con las hermanas Carmelitas Teresas de San José que se responsabilizan del orfanato de niñas que forma parte del complejo de nuestra casa. Este complejo social y caritativo da un sentido pleno a toda la obra que nuestra delegación ofrece.
A unas dos horas de coche hemos conocido la nueva casa adquirida y en proceso de adaptación que será el lugar ideal de residencia para la comunidad formativa de los estudiantes a unos metros de la facultad de teología, esto evitará las casi cuatro horas de viaje diarias para poder acudir a las clases. Esta nueva casa podría ser el punto de partida de una nueva fundación en esta zona de la ciudad.
La presencia de las madres Carmelitas Descalzas en el país cuenta con dos monasterios. Hemos podido visitar y orar con la comunidad más cercana, las hermanas de Vitree y desde la distancia hemos mostrado nuestro afecto a las hermanas de Logbakro.
Se cierra esta segunda etapa de la visita pastoral provincial en Costa de Marfil, etapa intensa y acompañada de lluvias y altas temperaturas, pero a la vez una etapa lleva de esperanza, de conocer y aprender mucho de los hermanos que aquí entregan su vida en una realidad limitada de algunos recursos, pero rebosante de caridad y esperanza en el Amor de Dios.
P. Francisco Sánchez Oreja, Superior Provincial
