En la iglesia de la Plaza de España de Madrid se ha celebrado hoy el último retiro espiritual del curso, una jornada de oración y reflexión que ha congregado a numerosos fieles en un clima de silencio, escucha y comunión.
La meditación ha estado a cargo del P. José Carlos Sillero Fresno, quien ha desarrollado el tema “Dilexit nos”: herencia espiritual del papa Francisco, ofreciendo una profunda reflexión sobre el amor de Dios manifestado en el Sagrado Corazón de Jesús.
El retiro ha girado en torno a la mirada de misericordia y ternura que brota del Corazón de Cristo, símbolo universal del amor divino y humano, que invita a cada creyente a una conversión profunda y a una vida centrada en Cristo. El P. José Carlos ha animado a los participantes a dejarse transformar por ese amor, a vivir desde el corazón, haciendo del Corazón de Jesús el centro de la voluntad, los afectos y las decisiones personales.
Durante su intervención, ha destacado varios aspectos fundamentales del magisterio del papa Francisco, especialmente su insistencia en la misericordia, la oración contemplativa y la ecología integral. “Todo lo que nos pasa está relacionado”, ha recordado el sacerdote, citando uno de los ejes de la encíclica Laudato si’, y señalando la necesidad de una mirada integral del mundo y del ser humano.
El P. José Carlos ha subrayado que mirar el Corazón de Jesús no es centrarse en una parte aislada del cuerpo de Cristo, sino reconocer, a través de él, una experiencia total de su presencia viva, su ternura y su deseo de encuentro con cada persona. Esta espiritualidad, profundamente arraigada en la tradición de la Iglesia, se convierte en un camino de consuelo, reparación y transformación.
Citando a san Juan Pablo II, ha recordado que la reparación no es otra cosa que la construcción de la civilización del amor “sobre las ruinas acumuladas por el odio y la violencia”, participando del amor redentor que fluye del costado traspasado de Cristo.
La jornada concluyó con un momento de oración final, en el que el P. José Carlos dio gracias por el pontificado del papa Francisco, ya en la Casa del Padre, y pidió su intercesión por la Iglesia y por el nuevo pontífice, el papa León XIV, para que, con la ayuda del Espíritu, continúe siendo instrumento del encuentro de todos con el Corazón de Jesús, que no se cansa de amar y perdonar.