En una jornada marcada por la emoción y la devoción, Santa Teresa de Jesús ha sido trasladada de nuevo a su sepulcro en la Basílica de la Anunciación de Nuestra Señora del Carmen, en Alba de Tormes, tras la conclusión de su veneración pública que ha congregado a más de 90.000 peregrinos.
Previamente al cierre del camarín, el tribunal eclesiástico firmó las actas de cierre y se procedió al lacrado del sepulcro, siguiendo el rito canónico.
Para la vuelta al sepulcro se ha realizado una sencilla procesión que ha contado con la participación de la comunidad de Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes, octava fundación de Santa Teresa, y de numerosas religiosas de diferentes monasterios de la Federación de Carmelitas Descalzas, que han querido acompañar espiritualmente a la Santa en este momento histórico. Junto a ellas, más de treinta frailes carmelitas descalzos procedentes de distintas comunidades de España han participado en la celebración.
Entre las autoridades eclesiásticas presentes se encontraban el Padre General de la Orden del Carmelo Descalzo, P. Miguel Márquez, y el Superior Provincial, P. Francisco Sánchez Oreja, testigos del fervor vivida en Alba de Tormes.
El Prior de los Carmelitas de Alba de Tormes, P. Miguel Ángel González, ha querido destacar «la profunda emoción vivida por cada una de las personas que han llegado hasta aquí. Esta veneración ha sido un acto de fe y de amor a Santa Teresa». Asimismo, ha agradecido de forma especial «el compromiso y el esfuerzo de los más de 60 voluntarios que han hecho posible que todo transcurriera con orden, belleza y recogimiento».


