Este domingo, la Iglesia Conventual de San Cayetano de Córdoba, también Santuario de la Virgen del Carmen, se ha revestido de fiesta para acoger la profesión solemne del Hermano Javier Galán, carmelita descalzo de la Provincia Ibérica.
El Hno. Javier ha emitido sus votos perpetuos en el seno de la comunidad, culminando así su camino de formación y discernimiento con una entrega definitiva al seguimiento de Cristo en el Carmelo Teresiano.
La Eucaristía fue presidida por el P. Francisco Sánchez Oreja, Superior Provincial, quien dirigió una sentida homilía que destacó el valor profético de la vida religiosa y la belleza de una consagración “para siempre”.
Acompañaron al nuevo profeso solemne religiosos de distintas comunidades de la Provincia, así como familiares, amigos, carmelitas seglares y miembros de las hermandades vinculadas al convento, en un clima de oración, alegría y profunda gratitud.
El P. Provincial, en su homilía, recordó que la vocación no comienza cuando uno decide entregarse, sino cuando Dios, desde la eternidad, nos mira con amor. En palabras de Santa Teresa: “Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias”. Javier ha respondido a esa llamada con un “sí” generoso, entregando su vida entera a Dios a través de la pobreza, la castidad y la obediencia, en el seno de una comunidad orante, fraterna y misionera.
La profesión solemne es un momento de gran importancia dentro de la vida religiosa. Es un acto público y eclesial, no una devoción privada, en el que el consagrado se compromete para siempre con Cristo y con la Iglesia. En un mundo donde lo provisional domina, este gesto es también un signo profético de fidelidad y esperanza.
Como dijo el P. Francisco en su predicación: “Hoy celebramos que Dios sigue llamando. Que el Carmelo sigue siendo tierra fecunda de vocaciones. Que todavía hay jóvenes valientes que creen en la locura del Evangelio”.
Pedimos al Señor que siga bendiciendo con nuevas vocaciones a la Orden y a nuestra Provincia, y encomendamos al Hno. Javier en esta nueva etapa de su camino. Que la Virgen del Carmen lo acompañe cada día en su entrega.