En el día de hoy, 12 de octubre, en el que celebramos la fiesta Nuestra Señora la Virgen del Pilar ha realizado su profesión solemne Fray José Carlos de la Virgen del Carmen.
La celebración, presidida por el P. Provincial, Francisco Sánchez Oreja, fue en la iglesia conventual del Desierto de Nuestra Señora de Belén “Las Ermitas” (Córdoba).
Estuvieron presentes en la celebración muchos carmelitas descalzos de la Provincia Ibérica de distintas comunidades, miembros del carmelo seglar, de la Asociación de amigos de las Ermitas, de la cofradía del Carmen y de la Hermandad de la comunidad de San cayetano, así como familiares y amigos de José Carlos.
En su homilía, el P. Francisco Sánchez Oreja ha recordado las singularidades del carisma teresiano dentro de la vocación religiosa. “A lo largo de estos años pasados has recibido una intensa formación no solo a nivel universitario, conociendo la doctrina de la Iglesia Madre, sino que has ampliado todo ello aterrizando en la enseñanza del carisma teresiano: la vida de oración, la fraternidad en la vida comunitaria, la misión y el apostolado que supone la entrega de la vida entera, del todo de tu persona, sin jugar a despistes, sin estar dudando si mitad dentro y mitad fuera del compromiso”.
Además, el P. Provincial ha indicado la gran importancia que tiene la comunidad para un carmelita descalzo. “La vida espiritualmente sana de la comunidad de frailes en la que vivas será el terreno dispuesto y preparado para que vayas dando fruto… la comunidad que ayuda a crecer, que se organiza, que vive con y en la Iglesia del lugar, una familia en torno a Jesús Buen Pastor, que cuenta con sus hermanas las monjas de clausura-contemplativas y sabre trabajar con los laicos que forman parte de la familia teresiana, en tu caso con la gran familia educativa del colegio Virgen del Carmen”.
José Carlos será ordenado diacono en la iglesia de las Madres Carmelitas Descalzas de Sevilla el próximo 27 de octubre.
Compartimos las palabras expresadas por José Carlos:
Quiero dar gracias a Dios por tantas cosas buenas que me regala siempre, por su presencia viva en medio de nuestro mundo. Le doy gracias por poder dedicar mi vida a ser una entrega en obsequio de Jesucristo imitando a la Virgen María, con la compañía de los hermanos, siguiendo los consejos evangélicos, entregándome de todo corazón a la familia religiosa fundada por Santa Teresa de Jesús, para conseguir la caridad perfecta al servicio de la Iglesia por medio de la oración y la actividad apostólica para mayor gloria de Dios-Trinidad… gracias por poder ofrecer todo esto «por toda la vida».