La tarde del sábado 4 de octubre fue un día de fiesta y profunda alegría para la Provincia Ibérica de los Carmelitas Descalzos, que celebró en la iglesia del Santo Ángel de Sevilla la ordenación diaconal de los hermanos Javier Galán e Ignacio Clemente.
La Eucaristía fue presidida por Mons. Teodoro León Muñoz, obispo auxiliar de Sevilla, quien en su homilía subrayó la vocación al servicio que caracteriza el ministerio diaconal: “El diácono es signo de Cristo siervo; está llamado a vivir en entrega, humildad y cercanía, anunciando el Evangelio con alegría y sirviendo a los más necesitados”.
Entre los concelebrantes se encontraban el P. Christianus Surinono, definidor general y visitador de la Casa General, y el P. Francisco Sánchez Oreja, Superior Provincial de la Provincia Ibérica, que quisieron acompañar con afecto y cercanía a los nuevos diáconos en este paso decisivo de su vocación.
La celebración, vivida en un ambiente de profunda emoción y oración, reunió a numerosos fieles, familiares, amigos y miembros de la familia carmelitana, que expresaron su gratitud a Dios por el don de estas vocaciones.
El diaconado representa un momento clave en el itinerario de la vida religiosa y sacerdotal. Es el ministerio del servicio, de la Palabra, el Altar y la Caridad, que expresa el deseo de configurarse con Cristo servidor. Para el Carmelo Teresiano, esta entrega adquiere un tono particular de oración y cercanía al pueblo de Dios, siguiendo el ejemplo de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.
Esta ordenación es signo de esperanza para toda la Provincia: el Carmelo sigue siendo tierra fecunda de vocaciones, donde jóvenes responden con generosidad al llamado del Señor. Los hermanos Javi Galán e Ignacio Clemente comienzan ahora su ministerio diaconal con el deseo de servir a la Iglesia con alegría, fidelidad y espíritu fraterno.