En 1627, siendo general de la Orden fray Juan del Espíritu Santo, se da inicio a la construcción del primer templo levantado en honor a san Juan de la Cruz cuyas obras finalizan en el año 1631. Este espacio ha experimentado una renovación significativa con la implementación de una nueva iluminación en la actualidad. La iniciativa busca realzar la belleza barroca del retablo y la imaginería del templo, destacando elementos como la arqueta-relicario de plata que contiene las reliquias del Santo, cincelada por Manuel Seco Velasco en 1950.
Inicialmente, el templo fue concebido como un espacio destinado a albergar las reliquias de fray Juan de la Cruz. Ocupa el espacio de dos lugares sanjuanistas significativos para la Orden: la celda donde el Santo falleció la noche del 13 de diciembre de 1591 y el sepulcro donde estuvo enterrado hasta 1593. En el año 1726, con motivo de las fiestas de canonización del santo carmelita, el templo sufrió una ampliación para albergar a sus devotos.
En palabras del P. Juan Dobado Fernández, OCD; destaca «como una de las joyas del barroco ubetense [el] espléndido retablo mayor de la basílica, salido de las manos de los artistas de la Orden, los hermanos Francisco de san Vicente Ferrer, en arquitectura y talla, y José de Jesús María, en el ensamblaje. El resultado es una obra magnífica de un barroco, a la vez contenido, pero también exuberante». (cf. El Convento Museo de San Juan de la Cruz de Úbeda, pg.101)
Con esta iniciativa no sólo adquieren relevancia el retablo y la imaginería, sino también los cuatro lienzos de la serie de Santa Teresa de Jesús, «tres proceden de un mismo conjunto que fueron donados por Dª. María Sabater, Viuda de Montilla, el 25 de octubre de 1935 para la iglesia de san Miguel». Todas ellas datadas en el siglo XVIII se restauraron en el trienio 2020-2023, gracias al interés y colaboración de la Provincia Ibérica de los Carmelitas Descalzos y la comunidad conventual. Gracias a la nueva iluminación podemos apreciar la variedad cromática de estas obras teresianas.
La comunidad conventual se complace en compartir esta mejora significativa que no solo realza la experiencia visual de los visitantes, sino que también contribuye a la preservación y difusión del patrimonio cultural vinculado a la figura de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús en Úbeda.