Salutación a la Virgen. Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón; mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.
Oración inicial. Padre santo, te suplicamos que la Virgen María, madre y hermosura del Carmelo, nos asista con su intercesión a todos los que hoy iniciamos esta novena en su honor; para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección, que es Cristo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Invocaciones
ROSA DEL CARMELO, perfúmanos en el alma y en el cuerpo, para que seamos buen olor de Cristo en medio de nuestros hermanos. Dios te salve, María…
ESTRELLA DEL MAR, conduce nuestra barquilla en el mar de la vida hasta que lleguemos a las playas luminosas de la patria celestial. Dios te salve, María…
REINA DEL CIELO, que un día gocemos de tu compañía en la eternidad y proclamemos contigo la grandeza del Señor, porque el Poderoso hizo en ti maravillas. Dios te salve, María…
(Pídase la gracia que se desea alcanzar)
Letanías
Santa María, madre de Dios y madre nuestra, ruega por nosotros.
Alegría de Israel, ruega por nosotros.
Gloria de Jerusalén, ruega por nosotros.
Honor de nuestro pueblo, ruega por nosotros.
Sierva del Señor, ruega por nosotros.
Virgen sencilla y humilde, ruega por nosotros.
Modelo de entrega a Dios, ruega por nosotros.
Peregrina de la fe, ruega por nosotros.
Madre de la esperanza, ruega por nosotros.
Madre y hermosura del Carmelo, ruega por nosotros.
– Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
– Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
Oración final. Virgen María, madre y hermosura del Carmelo, estrella del mar, en esta novena acudimos a ti implorando tu amparo. Madre de Dios y madre nuestra, dirige tu mirada a todos los que invocamos tu auxilio, escucha nuestras plegarias y enséñanos a servir a Jesús con corazón sincero, como hiciste tú. Madre de misericordia y refugio de los pecadores, intercede por nosotros ante tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Pues sois de nuestro consuelo / el medio más poderoso,
sed nuestro amparo amoroso / Madre del Dios del Carmelo.
Desde que en la nubecilla, / que sin mancha os figuró,
de Virgen Madre adoró / Elías la maravilla,
a vuestro culto capilla / erigió en primer modelo.
Sed nuestro amparo amoroso / Madre del Dios del Carmelo.
– Ave María Purísima.
– Sin pecado concebida.