Con la llegada a Alba de Tormes en la tarde de hoy ha concluido una nueva edición de la Marcha Teresiana, que desde hace más de cuatro décadas reúne cada mes de septiembre a peregrinos de distintas edades y procedencias para recorrer los caminos que unen Ávila con la villa ducal, siguiendo las huellas de Santa Teresa de Jesús.
Durante los últimos días, los participantes han caminado en un ambiente de fraternidad, oración y convivencia, haciendo memoria de la experiencia teresiana y compartiendo la vida en comunidad. La ruta ha estado marcada por momentos de celebración litúrgica, cantos, testimonios y espacios de silencio, que han acompañado las etapas del recorrido por tierras de Ávila y Salamanca.
La llegada a Alba de Tormes ha estado cargada de emoción, con una eucaristía de clausura en la iglesia de la Anunciación, junto al sepulcro de Santa Teresa, donde los peregrinos han dado gracias por los días vividos y han renovado su compromiso de caminar en la fe y en el espíritu de la Santa andariega.
Un año más, la Marcha Teresiana se ha consolidado como una cita que combina el esfuerzo físico con la experiencia espiritual, manteniendo vivo el legado de Teresa de Jesús y su invitación permanente a “andar en verdad” y a recorrer los caminos del Evangelio con alegría y esperanza.


