Este martes, la fe y el cariño teresiano han llevado hasta Alba de Tormes a un grupo de 70 peregrinos de la diócesis de Ávila, que han querido acercarse hasta la villa ducal para vivir una jornada entrañable y profundamente espiritual.
Guiados por la Oficina de Peregrinaciones y acompañados por su obispo, monseñor Jesús Rico García, y varios sacerdotes los fieles abulenses han participado con emoción en una mañana de oración, fraternidad y recogimiento en torno a las reliquias de La Santa.
El momento central de la peregrinación ha sido la celebración de la eucaristía, presidida por el propio obispo en la basílica de la Anunciación.
Don Jesús Rico celebró la misa propia de la virgen de Fátima y en su homilía, ha detallado la devoción mariana de Santa Teresa. “De María aprendió Teresa a caminar con confianza en Dios y a vivir con entrega sencilla y alegre”, ha señalado el prelado abulense.
No han faltado los gestos de cariño, los rezos en silencio ante el cuerpo de Teresa de Jesús, ni las sonrisas compartidas entre los peregrinos, que han vivido esta jornada como un regalo de comunión y memoria viva.
Una peregrinación breve pero intensa, que ha unido a Ávila y Alba de Tormes en torno a la figura luminosa de la Santa andariega, ejemplo perenne de fe, valentía y amor por la Iglesia.
En la celebración el superior de la Provincia Ibérica, P. Francisco Sánchez Oreja, saludó a los peregrinos en la acción de gracias hablando de la vinculación de la cuna y el sepulcro de Santa Teresa.