El sacerdote rondeño Salvador Aguilera ha presidido este domingo, 21 de enero, la apertura del año jubilar concedido por la Santa Sede a las carmelitas descalzas del convento del Corazón Eucarístico de Jesús en Ronda con motivo del centenario de la comunidad.
La celebración ha comenzado a las 12.00 horas en el atrio de la iglesia, cuya puerta se ha decorado especialmente, en un emotivo acto en el que han participado, de forma extraordinaria, religiosas de todas las congregaciones de vida activa y contemplativa de la ciudad de Ronda. Estas últimas habían recibido un permiso especial de parte del Sr. Obispo para abandonar momentáneamente sus clausuras y poder acudir así a este evento histórico.
Así pues, además de las propias carmelitas descalzas, han asistido hermanas de las comunidades contemplativas de clarisas y franciscanas descalzas, así como de las de vida activa esclavas del Divino Corazón, madres de desamparados y San José de la Montaña, hermanitas de los pobres y hermanas de la cruz.
En este acto se ha contado con la presencia de representantes del Ayuntamiento, de la Policía Nacional, de la Guardia Civil, de la Agrupación de Hermandades y de las distintas cofradías de Ronda, así como de hermandades de otros lugares de la diócesis como Alhaurín de la Torre, Archidona o Arriate; y de fuera de ella como la Hermandad de la Paz de Córdoba. También han asistido responsables de la Fundación Asprodisis de Ronda.
Tras una monición en la que se ha pedido por que «las personas que entren en el convento en este año jubilar alcancen la misericordia de Dios a través de la penitencia, la Eucaristía y la oración por el Sumo Pontífice» (requisitos para ganar el jubileo); y la lectura por parte de un diácono del decreto de concesión del año jubilar; el presidente ha recibido de manos de la priora de la comunidad anfitriona la reliquia con la mano de Santa Teresa que custodia y ha iniciado la procesión de entrada. En la ceremonia ha participado la Schola Cantorum San Eugenio de Toledo que ha interpretado, entre otros cantos de la Misa, diversas piezas inspiradas en los escritos de Santa Teresa.
A ambos lados del altar se habían dispuestos sendas imágenes de San Manuel González, obispo de Málaga bajo cuyo episcopado se fundó el convento, y del beato Tiburcio Arnaiz, que dirigió la fundación.
Fuente: Diócesis de Málaga