El Provincial, preside la apertura del IV Capítulo Provincial de las Carmelitas Misioneras Teresianas en Madrid

18 Jul 2025 | Actualidad

Esta mañana, el P. Francisco Sánchez Oreja, OCD, Superior Provincial de los Carmelitas Descalzos de la Provincia Ibérica Santa Teresa de Jesús, presidió la Eucaristía de apertura del IV Capítulo Provincial de las Carmelitas Misioneras Teresianas (CMT) de la Provincia Europa, que se celebra en la Casa Ana Mogas de Madrid.

Bajo el lema “Custodias de la vida, renacemos en comunión”, las hermanas inician estos días de discernimiento y renovación de su misión apostólica, fieles al carisma recibido de su fundador, el carmelita descalzo Francisco Palau y Quer, quien les transmitió una espiritualidad centrada en el misterio de la Iglesia como comunión, vivida desde la contemplación, la fraternidad y la entrega misionera.

Una homilía para despertar el presente

En su homilía, el P. Francisco invitó a las hermanas capitulares a vivir estos días con alegría, disponibilidad y apertura al Espíritu, sabiendo que el presente que se vive no es mera preparación del futuro, sino vida en plenitud: “Despertemos, hoy, aquí, ahora… el presente, gozándolo, viviéndolo, disfrutándolo. El hoy no se nos puede escapar preparando el futuro”.

Inspirado en palabras del P. Palau —“Habla, paloma mía, habla, tu amante te escucha”—, el Provincial recordó la fuerza del Espíritu (la Ruah) que habita y anima la vida del Carmelo, y subrayó la necesidad de leer la Ley desde la compasión y no desde el legalismo: “Ninguna norma está por encima del amor”.

Además, destacó que la verdadera libertad, como la de Cristo, está en saber decir “sí” o “no” según corresponda al bien y la verdad, y no desde la costumbre ciega o la rebeldía sin sentido: “Tan malo es aferrarse a lo establecido cuando ya no da vida, como cambiarlo todo sin razón”.

Una familia carmelita en misión

El Capítulo Provincial es un tiempo fuerte de comunión, revisión y envío para las Carmelitas Misioneras Teresianas, una congregación de espiritualidad carmelita, mariana y eclesial que hoy continúa anunciando la belleza de la Iglesia a través de la oración, la vida comunitaria y el servicio misionero, especialmente entre los más pobres.

Su vocación, animada por el legado de Francisco Palau, se expresa en una vida sencilla, contemplativa, comprometida y siempre al servicio de la Iglesia, en fidelidad al Evangelio, a María del Carmen como modelo, y al testimonio de tantas hermanas que han vivido con pasión el carisma palautiano.

Desde la Provincia Ibérica del Carmelo Descalzo, nos unimos con gratitud y oración a nuestras hermanas CMT en este momento de gracia, deseando que el Espíritu Santo acompañe sus trabajos y decisiones, para que, como “custodias de la vida”, sigan siendo signo de comunión y esperanza en el corazón del mundo.