En la primera noche de su viaje al Líbano, el Papa León XIV realizó uno de los gestos más entrañables de su agenda: una visita de media hora a la comunidad de Carmelitas Descalzas de Harissa, uno de los monasterios contemplativos más emblemáticos del país.
Tras sus reuniones oficiales en el Palacio de Baabda, el Papa se desplazó al monasterio carmelita, situado junto al santuario de Nuestra Señora del Líbano, corazón espiritual visitado cada día por cristianos de distintos ritos y también por numerosos musulmanes. Allí lo esperaban representantes de los diferentes conventos de Carmelitas Descalzas del país, que suman en conjunto alrededor de 70 religiosas.
El encuentro tuvo lugar en una sala adornada con iconos marianos donde destacaba una bandera con el emblema carmelita y una frase bordada en español y árabe: “Solo Dios basta”, el verso inmortal de Santa Teresa de Jesús, que simboliza la esencia de la vida contemplativa carmelitana.
Un saludo personal a cada monja y tres palabras clave
Según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa saludó una por una a todas las hermanas, acogiendo sus palabras y los regalos ofrecidos por las responsables de cada comunidad. En su mensaje, el Santo Padre recordó tres pilares que definió como “la raíz profunda de la vida contemplativa”:
humildad, oración y sacrificio.
Agradeció su vida entregada, su silencio fecundo y su fidelidad en medio de un país que atraviesa grandes desafíos sociales, económicos y religiosos.
El acto concluyó con el rezo del Padrenuestro y la bendición apostólica a todas las religiosas.
Un convento con un lazo especial con la Provincia Ibérica
El monasterio de Harissa es, además, un lugar entrañablemente vinculado a la historia reciente de la Provincia Ibérica.
Durante muchos años mantuvo relación directa con el ya extinto convento de las Madres Carmelitas Descalzas de Calatayud, con intercambios, apoyo espiritual y vínculos fraternos que permanecieron vivos hasta la clausura de aquella comunidad española.
Asimismo, hasta hace solo unos años vivió en Harissa una hermana carmelita familiar del P. Fortunato Salas, actualmente destinado en Burgos, lo que ha hecho que este monasterio libanés haya estado muy presente en la oración y en la cercanía afectiva de la Provincia.
Por todo ello, la visita del Papa León XIV ha sido vivida con emoción también por muchos religiosos y religiosas de la Provincia Ibérica, que conservan un recuerdo agradecido y fraterno hacia esta comunidad contemplativa hermana.


