El Papa Francisco ha autorizado la canonización de 16 monjas carmelitas descalzas, asesinadas por odio a la fe durante la Revolución Francesa. La decisión fue anunciada hoy con la promulgación de nuevos decretos del Dicasterio para las Causas de los Santos.
El Sumo Pontífice, tras la audiencia concedida al Cardenal Marcello Semeraro, prefecto del mencionado dicasterio, aprobó los votos favorables de la Sesión Ordinaria de Cardenales y Obispos miembros del organismo, y decidió inscribir en el catálogo de los santos a la Beata Teresa de San Agustín (María Magdalena Claudia Lidoine) y a sus 15 compañeras de la Orden de las Carmelitas Descalzas de Compiègne, consideradas mártires por haber sido ejecutadas “in odium fidei” el 17 de julio de 1794 en París.
Estas religiosas fueron víctimas del llamado “reinado del terror” instaurado durante la Revolución Francesa a partir de 1789, un periodo marcado por persecuciones religiosas, ejecuciones públicas y la prohibición del uso del hábito. Obligadas a abandonar su convento en Compiègne y trasladadas a París, las carmelitas fueron declaradas “enemigas del pueblo” y sentenciadas a muerte. La tarde de su ejecución, subieron al cadalso cantando himnos, rezando y renovando sus votos, testimoniando así su fe hasta el último instante.
Mediante la canonización equipolente, el Papa Francisco confirma el culto universal a estas mártires, un gesto que ofrece a la Iglesia un testimonio de valentía, fidelidad y entrega total a la fe cristiana, incluso en medio de las circunstancias más adversas.


