Compartimos este testimonio de Monseñor Braulio Sáez García, carmelita descalzo y obispo Emérito de Santa Cruz (Bolivia). Don Braulio escribe esta reflexión dando respuesta una pregunta planteada por la delegación de Medios de la Provincia Ibérica ¿ Cómo el carisma teresiano ha influido en su labor de pastor?:
Mi querido amigo Juan, gracias por esta invitación a aparecer en tu página Web del Carmelo, la verdad que no estoy muy habituado a este tipo de entrevistas. La carta de Pedro nos dice “estén siempre dispuestos a dar razón de su esperanza siempre que se la pidan” (1Pedro 3, 15). Pues acá estamos mi querido amigo, para eso, para dar testimonio de mi pastoreo de obispo.
Siempre me he sentido muy carmelita y creo que no está reñido con lo de ser obispo, aunque te puedo decir con toda sinceridad, que me costó aceptar esta misión que me pidió el Papa San Juan Pablo II, hartas lágrimas que diría Santa Teresa, y fue desde ella que lo acepte, pues ella nos dice que al ver como estaba la Iglesia de su tiempo, sintió la necesidad de “hacer lo poquito que está en mi” para servir a la Iglesia, así mismo lo sentí yo.
En ese momento. cuando el Sr, Nuncio me comunicó la noticia de que el Papa me había nombrado obispo de Oruro, surgieron muchas preguntas y dudas, yo nunca había pensado en algo semejante, sobre todo, me costó dejar la Orden y vivir solo fuera de mi comunidad, comenzar una realidad nueva: Oruro en Bolivia, el altiplano, mis incapacidades, los miedos a asumir una responsabilidad tan delicada. Pero todo se clarifico en la oración. ¿Quién soy yo para negarle al Señor, si él se ha fijado en mí, para ser su representante y elegirme como pastor?
La primera palabra fue “Fiat, hágase en mi según tu palabra”, (Lc.1,26) fue el día de mi primera consagración religiosa, yo tenía diecisiete años, desde entonces he procurado ponerme enteramente en las manos de María. Sabiendo que ella, siendo modelo, guía y orientadora de mi camino, me ponía en las manos del Padre, pero a la vez, me he sentido arropado por las manos de la Madre.
La segunda palabra es una frase de la carta a los Hebreos: “tomado de entre los hombres en favor de los hombres” (Hb 5,7). Palabras que marcaron mi ordenación sacerdotal, desde muy niño quise ser sacerdote, me sentí fascinado para ser misionero. Seguro que en aquellos mis primeros años de ordenación sacerdotal, nunca soñé con lo que me tenía preparado el Señor, con los caminos que iba a recorrer en Oruro con su inmenso altiplano, pero sí que lo soñaba inconscientemente, que luego esos sueños se hicieron realidad anunciando un mundo nuevo entre los mineros, los campesinos, los aimaras, quechuas y chipayas y proclamando las Bienaventuranzas entre los sectores más pobres de la sociedad.
La tercera palabra es “al Servicio de la Iglesia”. Dice relación con mi ser de pastor como obispo, primero en Oruro y después como Obispo Auxiliar en Santa Cruz de la Sierra. ¿Por qué elegí el lema “Al Servicio de la Iglesia”? Es una palabra que tiene una profunda raigambre teresiana, carmelitana. Teresa de Jesús fue una enamorada de la Iglesia y decía que “Mil vidas daría para salvar un alma” para que Jesús fuera conocido y amado por todos.
A estas tres palabras les corresponden tres actitudes de vida: “alegría, pasión y servicio”, palabras, que van muy bien con el talante de Teresa de Jesús y el carisma del Carmelo. Teresa nunca quiso a sus monjas y a sus frailes apocados encerrados en sí mismos, por el contrario, ella misma animaba la recreación con sus poesías y cantos; nunca les quiso pusilánimes, apagados, sino muy barbados, decía ella; y tampoco les quiso flojos, sino servidores y metidos en la Iglesia, ya que el amor siempre está activo, tal es así que sus últimas palabras fueron; “al fin muero hija de la Iglesia”.
Hasta aquí hemos llegado amigo Juan, esta ha sido mi vida de pastor y de carmelita, la he vivido desde estas seis palabras que han dado sentido a lo largo de estos 36 años de obispo y 53 de presencia por los caminos de América: Palabras que sirvieron de guía de acuerdo a las etapas del camino vocacional. Entrar en detalles sería muy largo de contar.
+ Braulio Sáez García ocd
Obispo Emérito de Santa Cruz