Como es tradición desde hace ya bastantes años, la comunidad celebró ayer con especial solemnidad la fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, una jornada litúrgica dedicada a honrar el sacerdocio único y eterno de Cristo y a rezar por la santificación de los sacerdotes.
La iglesia de la calle Arturo Soria fue una vez más el lugar de encuentro para esta significativa celebración vespertina, organizada por las Siervas Seglares de Cristo Sacerdote, quienes prepararon con esmero la liturgia. La Eucaristía tuvo lugar a las 18:30 horas, y fue presidida por el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid, acompañado por unos veinte sacerdotes concelebrantes y una nutrida participación de fieles.
Ese mismo día, por la mañana, el arzobispo de Madrid, monseñor José Cobo, presidió otra solemne celebración de esta misma fiesta en el monasterio de las Oblatas de Cristo Sacerdote, comunidad contemplativa especialmente unida a esta devoción y cuya vida está centrada en la oración por el clero.
La fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, instaurada en 1973 en el calendario litúrgico español, es una ocasión especial para renovar la conciencia del valor del sacerdocio ministerial en la Iglesia, inseparable del sacerdocio de Cristo, que se ofreció al Padre por la salvación del mundo.