Baeza y Ávila sellan su hermanamiento reafirmando los profundos lazos teresiano-sanjuanistas que unen a ambas ciudades

2 Dic 2025 | Actualidad

El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Baeza acogió el solemne acto de ratificación del hermanamiento entre Baeza y Ávila, una alianza institucional que llega para reconocer y fortalecer una relación histórica marcada, de manera singular, por la huella espiritual y cultural de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.

A este acto, presidido por los alcaldes Pedro Cabrera Rentero (Baeza) y Jesús Manuel Sánchez Cabrera (Ávila), se sumaron concejales, representantes de distintos grupos políticos y los cronistas oficiales de ambas ciudades, José Luis Chicharro y Jesús María Sanchidrián, impulsores del riguroso expediente que fundamenta este hermanamiento.

Durante la lectura de la justificación histórica, se subrayó que pocas ciudades comparten una herencia tan profunda en torno a los grandes místicos del Carmelo como lo hacen Baeza y Ávila. San Juan de la Cruz, nacido en Fontiveros (Ávila), vivió en Baeza entre 1579 y 1582, donde fundó el Colegio-Convento del Carmen —conocido como San Basilio—, fue su rector durante dos años y mantuvo estrecho diálogo con los profesores de la Universidad baezana. En esta ciudad compuso, con toda probabilidad, parte de sus poemas mayores, y aquí arraigó una relación afectiva e intelectual que la historia ha conservado con singular estima.

El vínculo teresiano es igualmente profundo. Ávila, cuna de Santa Teresa de Jesús, encontró en Baeza —ciudad universitaria y de devoción antigua— una tierra que la acogió no solo como referente espiritual, sino incluso como Patrona de la ciudad durante más de dos siglos (1617-1836), compartiendo el patronazgo con su localidad natal. Su influjo teresiano pervive en documentos, obras académicas —como la célebre edición del Libro de la Vida preparada por el catedrático baezano Dámaso Chicharro— y una tradición devocional que sigue viva en la ciudad jiennense.

A estos lazos místicos se suma una historia compartida como Ciudades Patrimonio de la Humanidad, la presencia de centros de formación de fuerzas de seguridad del Estado —la Escuela Nacional de Policía en Ávila y la Academia de la Guardia Civil en Baeza—, así como numerosos vínculos históricos, culturales y universitarios: corregidores comunes, obispos abulenses que gobernaron en Jaén, artistas que trabajaron en ambas tierras y una arraigada tradición de Semana Santa que forma parte de la identidad de las dos poblaciones.

En su intervención, el alcalde de Ávila destacó que, en tiempos de crispación, “dos ciudades que deciden unirse para trabajar juntas envían un mensaje de unidad y esperanza”. Por su parte, el alcalde de Baeza subrayó que este hermanamiento “es la confirmación de una relación que queremos mantener viva: un lazo entre dos ciudades distintas, cada una con su identidad, pero llamadas a enriquecerse mutuamente”.

Ambos municipios se comprometen a promover intercambios culturales, sociales y educativos, impulsar proyectos comunes y fomentar el acercamiento entre sus ciudadanos. Un gesto institucional que, más allá de lo administrativo, recupera la memoria luminosa de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, quienes continúan siendo un puente de fraternidad entre la ciudad castellana amurallada y la ciudad renacentista andaluza.

Un hermanamiento que nace con raíces hondas y un futuro compartido.