En la noche del 15 de julio, víspera de la solemnidad de la Virgen del Carmen, la comunidad de Ávila, acompañada por fieles, peregrinos y devotos, se congregó en la Basílica de la Santa para felicitar a la Madre y Reina del Carmelo. La celebración fue presidida por el P. Francisco Sánchez Oreja, que ofreció un profundo y poético discurso lleno de ternura, contemplación y esperanza.
Inspirándose en textos de Santa Teresa y de la Escritura, el Provincial expresó la belleza de la Virgen del Carmen como “madre del Escapulario” y “estrella del mar”, la que “nos empuja a la divinidad” y sostiene la débil navegación de quienes confían en ella. En sus palabras, la Virgen fue evocada como modelo de fe, alegría y servicio, y se recordó cómo ella —como en Caná— intercede ante su Hijo diciendo “no tienen vino”, para que la alegría de los pobres y de todos los que sufren no se agote.
El P. Francisco afirmó que “la Virgen del Carmen embellece nuestra historia con su presencia”, y exhortó a la comunidad a seguir caminando con María, siendo signos de esperanza en medio del mundo. La felicitación concluyó con versos de alabanza y acción de gracias, que resonaron en la basílica como una canción de fe compartida.
Tras la celebración, los asistentes compartieron en la plaza una sangría fraterna, en un ambiente festivo, cálido y profundamente carmelitano.
¡Felicidades, Madre del Carmen! Que tu presencia siga siendo faro, salvavidas y esperanza para todos.


