“Dios es mi todo. No vivo sino para amarle.”
Santa Teresa de los Andes, la primera santa chilena y carmelita descalza canonizada, nos invita a descubrir una vida plena desde la entrega radical al Amor. En sus apenas 19 años de vida, Teresa de los Andes (Juana Fernández Solar) vivió una auténtica aventura interior: la búsqueda apasionada de Dios.
Desde pequeña fue una joven alegre, deportista, sensible y profundamente creyente. Conoció a Jesús como un amigo fiel y descubrió en Él un llamado que lo transformó todo. En una sociedad que le ofrecía bienestar, prestigio y futuro prometedor, Teresa eligió el silencio, el recogimiento y la oración: optó por el Carmelo.
Entró al Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Los Andes a los 18 años y apenas 11 meses después, entregó su vida al Señor tras una enfermedad repentina. Su corta existencia fue un fuego que no se apagó: su amor a Dios era tan fuerte que sigue encendiendo corazones hasta hoy. Su vida es testimonio de que la santidad no tiene edad, y que se puede vivir con intensidad la fe aún desde la clausura.
A quienes se preguntan si merece la pena vivir el Evangelio hoy, Teresa responde con su vida:
“He nacido para la eternidad. Todo lo demás me sobra.”
En un mundo que corre, Santa Teresa de los Andes nos enseña a detenernos ante lo esencial, a escuchar la voz de Dios en lo profundo del alma, a vivir la alegría de sabernos amados incondicionalmente.
¿Y tú? ¿Te atreves a aventurar tu vida como Teresa? ¿A dejarte conquistar por el Amor que da sentido a todo?
Santa Teresa de los Andes, ruega por nosotros.