El pasado 27 de abril comenzó la celebración del centenario de la beata María Felicia de Jesús (Chiquitunga). La efeméride se celebrará hasta el 28 de abril del año 2025
Compartimos la homilía del. Carlos Medina, Vicario Regional, para esta importante fehca:
Muy buenas noches para todos, sean muy bienvenidos/as a este acto de apertura por el centenario de nuestra querida Beata María Felicia de Jesús Sacramentado-Chiquitunga.
Haciendo memoria, recordamos que hace casi seis años atrás disfrutábamos de la Beatificación de Chiquitunga con la presencia multitudinaria de fieles y devotos venidos desde distintos puntos del país e incluso de países vecinos. Fue un momento de mucha bendición y de inmensa emoción, por ello una vez más, agradecemos a Dios por regalarnos a Chiquitunga como modelo de santidad, de entrega, generosidad, transparencia, sencillez, alegría y constante caridad.
Hoy nuevamente tenemos la dicha de reunirnos en su nombre para compartir esta apertura por sus cien años de nacimiento. Es un momento ideal para manifestarle nuestro cariño y saber que ella intercede por nosotros ante Jesús a quien tanto amó y por quien gastó y entregó su vida.
Solemos escuchar infinitos testimonios de personas que nos cuentan las gracias recibidas por intercesión de la Beata. Agradecemos a Dios por escuchar los ruegos de “la Chiqui” que se ha convertido en una verdadera embajadora en el cielo para todos nosotros. Durante el festejo de su centenario que durará hasta el próximo año, queremos darle mayor contenido a nuestra devoción hacia ella, de manera concreta ahondar en la vida y espiritualidad de María Felicia que es sumamente rica y profunda, para ello están publicados sus escritos como su Diario Íntimo y las Cartas que son sin desperdicio.
Su experiencia, humana y espiritual, nos pueden ayudar mucho para no caer en una especie de conformismo, y mucho menos en el pesimismo o derrotismo ante las adversidades de la vida, que nunca faltan en el camino de la vida. A propósito, le escribe a su amigo Ángel Sauá: “… que toda mi vida la he dado y la seguiré dándola, para que Cristo reine en todas las almas”. Por aquí pasó la pasión y el anhelo profundo de Chiquitunga, hacer que Cristo reine en todas las almas.
Angel Sauá, amigo del alma de Chiquitunga, respondió a su última carta y le anuncia de manera profética de lo que su vida significará a partir de su ingreso en el Carmelo:
“Pero el bien que harás será incomparablemente mayor que todo lo que hasta ahora hayas hecho. Y la paz, la tranquilidad, el gozo y la alegría que sentirás por el resto de tus días, superará infinitamente todas las satisfacciones más puras que el mundo te pudo dar. No será sino un pálido reflejo de la dicha infinita que te espera en el cielo”.
Que el ejemplo y testimonio de la Beata nos anime, nos fortalezca en nuestra fe, y cada día seamos audaces discípulos de Jesús, para hacer que su Reino se haga cada vez más patente en medio de nuestros hogares, como también en medio de nuestra Iglesia y de nuestra sociedad. Beata María Felicia, ruega por nosotros.