No conocemos por Teresa su fecha de nacimiento. Pero, según dejó escrito su padre, don Alonso Sánchez de Cepeda, su hija Teresa habría nacido el miércoles 28 de marzo de 1515, a las cinco de la mañana, “media hora más o menos (…), recién amaneciendo”.
Para el próximo día 28 de marzo de 2024 está previsto que el sol salga en Ávila a las 7,08h de la mañana. Este desfase horario se entendería en parte porque en aquel tiempo se seguía la hora solar, no la oficial actual, que hace que, durante algunos meses de otoño e invierno, tengamos en nuestros relojes una hora más respecto de la solar. Aún así el amanecer solar el 28 de marzo de este año sería a las 6,08h. En todo caso, esta es una hora más cercana a la que dejó señalada don Alonso.
Nació Teresa en una familia compuesta hasta ese momento por otros cuatro hermanos. Dos, María y Juan, del primer matrimonio de don Alonso. Su primera esposa se llamaba Catalina del Peso. Pero esta pronto falleció, y don Alonso quedó viudo.
Algún tiempo después se casó en segundas nupcias con doña Beatriz de Ahumada, y la familia se fue enriqueciendo con nuevos hijos. Teresa es la quinta. Antes de ella, de este segundo matrimonio habían nacido otros dos hermanos: Hernando y Rodrigo. Después,
y hasta llegar a un total de doce como ella misma nos dice (“éramos tres hermanas y nueve hermanos”), nacieron Lorenzo, Antonio, Pedro, Jerónimo, Agustín, Juana y Juan. Aunque de este último no se tienen muchas noticias.
Por las venas de Teresa corría sangre judía por parte de su abuelo paterno, que era un judío converso que vivía asentado en la ciudad de Toledo. Hasta que, precisamente por los procesos que tuvo en dicha ciudad a causa de su condición judeoconversa, a finales del siglo XV decidió emigrar con todos sus hijos a otro lugar. Y ese fue Ávila. Por lo cual podríamos decir con toda verdad que Teresa, nacida abulense, es en parte fruto de la emigración interna de una Castilla, la Nueva, a otra, la Vieja. Lo cual, en tiempos como los nuestros en los que la emigración parece estar de actualidad, a veces no sin cierto rechazo, creo que no habría que olvidar que esta es algo tan antiguo casi como la misma existencia humana. Algo presente también en las raíces mismas de la familia de la santa abulense.
El mismo hecho de que naciera en el seno de una familia con orígenes judíos ha sido algo que, en décadas no tan tardías, suscitó mucha oposición por parte de aquellos que consideraban a Teresa como la mujer prototipo de la raza hispana. Y, en cierto modo lo es, pero como fruto del cruce de genes raciales diferentes.
El abuelo materno de nuestra santa, sin embargo, es decir, el padre de doña Beatriz, la madre de Teresa, pertenecía a la familia de los Dávila; de antigua raigambre en la ciudad castellana de Ávila casi desde los tiempos de la reconquista de la ciudad.
El actual convento llamado de “la Santa”, cuya iglesia fue declarada recientemente basílica menor por el papa Francisco, está construido en parte sobre lo que fue la casa en la que Teresa no sólo nació, sino que además fue su hogar hasta los veinte años. Algunos episodios vividos allí por Teresa en ese tiempo los podemos leer en el llamado Libro de la Vida, escrito por ella misma bastantes años después. Son recuerdos de infancia y adolescencia que ella considera muy importantes para entender su vida.
Esta fue la casa que compró don Alonso cuando decidió casarse y formar una familia. La casa, por otra parte, que los hijos tuvieron que vender inmediatamente a la muerte del padre, para pagar las muchas deudas que había dejado.
P. José-Damián Gaitán, ocd