Tres nuevas obras de Agustín Casillas para la exposición en Alba.

18 Ago 2022 | Noticias Internas

“TERESA DE JESÚS: MUJER, SANTA, DOCTORA”

La exposición Teresa de Jesús: Mujer, Santa, Doctora” que actualmente se puede ver en la iglesia del Monasterio de la Anunciación de las Madres Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes, además de la ampliación “ARTIS MOMENTUM” en el convento de San Juan De la Cruz, ha recibido la incorporación de 3 nuevas piezas del escultor Agustín Casillas.

El encargado del traslado e instalación de estas nuevas piezas artísticas ha sido el conservador artístico de la exposición y restaurador Miguel García (restNOVA SOLUCIONES ARTÍSTICAS).
Estas obras son: “Santa Teresa andariega”, relieve de terracota (1982), “San Juan de la cruz”, escultura de hormigón policromado(1991) y “Santa Teresa descansando”, escultura de hormigón policromado (2003).

Miguel Ángel González (Comisario de la exposición):

“La oportunidad de disponer de estas tres obras es otra de las sorpresas que se han dado desde el inicio de la exposición. Surgió esta oportunidad y hemos querido contar con la representación de uno de los escultores salmantinos de mayor relevancia para la ciudad de Salamanca tanto como para el arte de la escultura moderna”.

Agustín Casillas nació el 2 de octubre de 1921 en Salamanca, estudió dibujo en la Escuela de Bellas Artes de San Eloy y, posteriormente, en la Escuela de Artes y Oficios de Salamanca. En su amplia carrera como artista, fue distinguido con numerosos premios y reconocimientos, entre los que destacan el Primer Premio Nacional de Escultura, la Primera Medalla Nacional de Escultura o el Primer Premio Regional de Escultura. Recibiendo en 2015, la Medalla de Oro de Salamanca, la máxima distinción que otorga la ciudad a instituciones o personalidades que han contribuido a la difusión de los valores históricos, artísticos y sociales de la capital charra.

Su trabajo destaca, en este sentido, por las obras de personajes literarios vinculados con la capital charra: «El Lazarillo de Tormes», el «Medallón dedicado a Cervantes» en la Plaza Mayor, «Calisto y Melibea» y «La Celestina»… También ha realizado numerosas esculturas de carácter público que se encuentran en su mayor parte ubicadas en nuestra ciudad. Entre sus esculturas están el busto de Diego de Torres Villarroel; la escultura de Rafael Farina que se encuentra en la Vaguada de la Palma; la imagen del niño jugando con un avión ubicado en el Paseo de Carmelitas o la escultura de D. Juan, Príncipe de Asturias y señor de Salamanca en la plaza de Monterrey, entre otras muchas. Además Agustín Casillas ha hecho multitud de exposiciones individuales y colectivas y hay obra suya, a lo ancho de España, Portugal, Francia, Estrasburgo etc.

Casillas, trabaja la mayor parte de su obra en hormigón, realizando una mezcla que fue siempre su secreto, pigmentándolo con una bella pátina que sin duda consigue engañar al ojo del espectador curioso. También utilizó el bronce, aunque con menos frecuencia.

Su extensa obra, tiene dos claras etapas, la primera que discurre entre los años 40 y donde gran parte de sus obras son de corte académico, como son los bustos de amigos y familiares. En la segunda etapa va rompiendo con su primer aprendizaje y comienza de forma progresiva y en los años venideros a realizar una escultura fruto de un conocimiento sobre la modernidad.

En este caso destaca especialmente no solo por tratar el tema de los dos grandes místicos españoles, además están representadas tres décadas de producción artística (desde los años 80 hasta los primeros años del S.XXI) y permite observar la evolución estética del artista, además encontrando similitudes muy elocuentes con otras imágenes producidas anteriormente.

Lydia Casillas (hija del artista):

“Mi padre, aparte de sentir mucha atracción por la figura de Santa Teresa, decía que tenía varios puntos en común con ella. Gran lectora, buscaba la soledad. Visiones imaginarias e intelectuales…. Casillas, cuando era muy pequeño, en un pequeño huerto que había en casa, cogía barro y empezaba a modelar lo primero que se le ocurría (lo mismo que hacía la santa con su hermano Rodrigo con las ermitas).

Siempre buscando la luz.
Mi padre devoraba los libros y eso que no tuvo grandes estudios, al igual que ella. La figura de Cristo es primordial en ambos casos. San Juan es una «consecuencia» de Santa Teresa. Trabajadores incansables y Casillas , huérfano de padre a edad temprana, tuvo que ponerse a trabajar y cuidar de madre y hermanas. Si se conoce la obra de Casillas, se verá en muchas de sus obras, el misticismo que reflejan sus caras”.